domingo, 26 de julio de 2015

San Borondón, ¿isla fantasma?

San Borondón, ¿isla fantasma?

LA ISLA QUE NO ES UNA ISLA









Mi reino no es de este mundo…
En mi mundo el sol no se pone…


Como todos, o casi todos, yo también caí en la trampa de la isla fantasma que aparece y desaparece y que cuando uno la busca no la puede encontrar, pero que si uno no la busca aparece como si fuera un truco de magia: “¡Ahora está aquí y ahora ya no está!

Según Wikipedia, la isla de San Borondón es una leyenda popular de las Islas Canarias (España) sobre una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos, con origen en el periplo legendario de San Brandán de Clonfert (“San Borondón). Este mito tiene origen en los autores de la Grecia clásica, y se conoce en Europa como “isla de San Brandán” desde su plasmación por los cartógrafos medievales, pero en Canarias la tradición fue adoptada con entusiasmo, y adaptada, hasta en el nombre, a la idiosincrasia nacional propia. Debido a sus características y comportamientos extraños, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras una espesa capa de niebla o nubes, ha sido llamada “la Inaccesible”, “la Non Trubada”, “la Encubierta”, “la Perdida”, “la Encantada” y algún apelativo más.

Cuando intrigado consulté a los profesores del Grupo Ruanel sobre este aparente misterio -los misterios son siempre aparentes- Daniel fue muy categórico con la respuesta: “Hay muchas cosas mal relatadas o distorsionadas. No es una isla fantasma, sino que quienes llegaron al lugar accedieron a una entrada al mundo intraterreno, pero no en el centro sino en la periferia… No al centro en sí sino en las ” afueras”, como si en vez de ir a Carlos Paz solo llego a San Francisco… ¿Se entiende?


¡Ahora sí la historia de la isla fantasma comenzaba a tomar color! No obstante, aún había algo que me seguía intrigando, y era el hecho de que no se pudiera encontrar esa isla, por lo menos fácilmente, si se la buscaba. La respuesta volvió, otra vez, pero más contundente: “¡No es una isla!”.

Esta explicación aclaraba definitivamente la dificultad en hallarla y el por qué uno de los que había podido llegar a la supuesta isla había relatado que en ese lugar el sol no se ponía, lo cual me había hecho recordar las palabras del Maestro Jesús al referirse (aunque nadie lo había entendido) a la Tierra hueca, de cuya civilización él mismo provenía.

Por un lado era obvio que si se busca una isla que no es una isla, difícilmente se la va a encontrar, pero que si no se la busca puede llegarse al lugar por azar, aunque creyendo que se llegó a una isla. No excluyo también que la dificultad para encontrarla puede deberse a factores climáticos o meteorológicos. Todo sumaría, incluso las fantasías de quienes relatan los hechos, que finalmente han hecho creer en una realidad distinta.



Con respecto al relato de quien llegó a la supuesta isla de que el sol no se ponía, yo me preguntaba, con lógica: “¿Como va a verse en una isla el sol del interior de la Tierra?”. Pero al no ser el lugar una isla sino una abertura, similar a las polares, el asunto se aclaraba completamente.


Por otra parte, y esto es una deducción mía, las autoridades -las más altas, por supuesto- deben saber que San Borondón no es una isla sino una abertura al mundo intraterreno y tienen la orden de obstaculizar o impedir cualquier expedición de búsqueda, descontando, por supuesto, a las patrullas alemanas -ovnis de por medio- que custodian todas las entradas a la Tierra Hueca, que no son solo las polares. Probablemente desvíen o despisten a quienes se aventuren para encontrar el lugar. Lo de las patrullas alemanas de la colonia antártica ya lo hemos mencionado muchas veces en nuestro sitio.

Otro de los datos que corroborarían esta opinión es que San Borondón no figura en el mapa del Google Earth… ¿No es sugestivo?

Para concluir quiero transcribir este curioso texto que encontré en la Red referido a la “isla” San Borondón, y cuyo autor ignoraba que lo que estaba escribiendo se acercaba tanto a la verdad:

http://www.laisladescubierta.net/sanbor/sabas_martin.htm

Y es que San Borondón forma parte de ese antiguo empeño humano por encontrar el Paraíso, durante mucho tiempo situado en fabulosas islas atlánticas, y que Colón, en su Diario, y los Cronistas de Indias, con sus relatos del Nuevo Mundo, se encargaron de avivar, excitando la imaginación hasta convertirla en territorio propicio para los mitos. El ser humano siempre ha soñado con tierras a donde la muerte no llegara o lo hiciese muy lenta y tardíamente. Ello se debe, al decir de los filósofos, a que a diferencia de las bestias, el hombre es consciente de su finitud, de su condición vulnerable de criatura herida por el tiempo. De ahí que para encubrir, mitigar e incluso olvidar esa naturaleza originaria de ser mortal, los hombres se hayan empeñado en imaginar territorios intactos, libres del dolor y la enfermedad, y en los que la pobreza, la fatiga o la vejez sólo fuesen un rumor desconocido. Poetas, artistas y sacerdotes, como propagadores de mitos y creadores de leyendas que son, cada uno a su manera y con propósitos diversos, se han encargado desde siempre de fomentar las imágenes soñadas de la tierra feliz donde la felicidad fuese eterna. Luego, los hombres quisieron hacer realidad sueños e imágenes, visiones y anhelos, y entonces fue cuando surcaron los mares, navegando entre las brumas del océano y los celajes del horizonte. Entonces fue cuando en los mapas aparecieron los dibujos de contornos imprecisos, los nombres maravillosos y remotos. Canarias, como bien sabemos, ha sido en la edad del tiempo uno de esos territorios intactos, asombro de navegantes y visión de iluminados, donde han fecundado mitos y leyendas. Jardín de las Hespérides, Campos Elíseos, vestigio de la Atlántida, Islas Afortunadas, Tierra de las Górgades, estancia y paradero de descendientes de Noé… Frente a las sombras y sus abismos, los antiguos quisieron ver en nuestro Archipiélago la claridad del goce y sus destellos. ¿Qué de extraño habría, pues, que en sus latitudes, en el extremo del mundo conocido, germinara otro espejismo con forma de Isla Fantasma?

No es necesario que nos explayemos más sobre este asunto de la “isla fantasma” porque el tema, a nuestro juicio, ha quedado definitivamente aclarado. Por lo demás, en la Red hay profusión de textos para quienes deseen profundizar en el tema. No obstante, nosotros indicamos algunos links que nos han parecido más esclarecedores.




NOTA ADICIONAL DE HORACIO VELMONT
Hay relatos muy ilustrativos de quienes por azar llegaron a la abertura -término más correcto que isla- y hallaron no solo animales desconocidos sino esqueletos humanos de más de tres metros de altura, lo que concuerda con otros viajeros que entraron a la Tierra hueca por una de las aberturas polares. Además, esos animales pastaban tranquilamente sin devorarse unos a otros.


 LECTURAS COMPLEMENTARIAS

miércoles, 15 de julio de 2015

El enigma de la combustión espontánea

EL CASO DE LAS ASCENSIONES INCOMPLETAS

Por Horacio Velmont





Se utiliza el término “combustión espontánea humana”, según lo explica Wikipedia, para describir los supuestos casos de incineración de personas vivas sin una fuente externa de ignición aparente. Aunque existen multitud de hipótesis sobre la combustión espontánea, la posición mayoritaria es de escepticismo sobre la propia existencia del fenómeno. Los defensores de la existencia de este fenómeno contabilizan alrededor de 200 casos desde el siglo XVIII. Sin embargo, en la mayoría de los casos apenas hubo una investigación sobre las circunstancias que lo rodearon, y muchos de ellos se basan en testimonios de segunda o tercera mano y se carece de datos tan básicos como el nombre de la víctima o la fecha del incidente. Los defensores de la existencia del fenómeno han discrepado durante años sobre la posible causa del fenómeno; recientemente algunos han propuesto como razón más probable de su ocurrencia el inicio de un fuego no espontáneo con efecto mecha.

Como surge claramente de esta explicación, la ciencia está tan alejada de la verdad sobre el por qué de pronto alguien se incendia al punto de quedar reducido a cenizas en segundos, dejando solo partes de su cuerpo, como un piojo de la comprensión de la teoría de la relatividad.


El punto es que este fenómeno está relacionado, y únicamente con él, con la Ascensión al Reino Crístico, lugar espiritual al que finalmente todos, más tarde o más temprano, ascenderemos.


El hecho de que queden partes del cuerpo, es decir que no haya habido una combustión total, está indicando que por alguna razón no pudo ser completada.


No podemos menos de mencionar al Sudario de Turín, que es falso en cuanto se le atribuye a Jesús, pero que es verdadero en cuanto a que se trató de un caso de Ascensión, o si se quiere, de combustión espontánea.

Son esclarecedoras las explicaciones que nos dio sobre este asunto la profesora Denyse Gómez, que forma parte del Grupo Ruanel junto con su director el profesor Daniel Asamuya:

El Sudario de Turín, que supuestamente envolvió el cuerpo de Jesús, realmente no tiene ninguna relación con el Maestro, pues perteneció a un seguidor más reciente que a pesar de tener influencias cristianas distorsionadas alcanzó la Ascensión, y la figura formada corresponde al “reflejo fotográfico” de su cuerpo que se impregnó en la tela por la irradiación que emitió al momento de dicha transfiguración.
Es importante aclarar que existen miles de sudarios verdaderos procedentes de diferentes ascendidos, por lo que hay que descartar la mentira del catolicismo de que se trata de falsificaciones.
Otra de las cuestiones importantes es la eliminación de la idea, ya que es un preconcepto, que asocia al sudario con la muerte y resurrección de Cristo y no a su Ascensión.
En este sentido, me refiero a la supuesta cricifixión de Jesús, hay tener en cuenta que el Maestro tenía relaciones amistosas con Roma, y cuando se presentó ante Pilatos fue por invitación suya, lo cual hacía prácticamente imposible una intervención negativa por parte de los romanos en su contra.

No hay mucho más para explicar sobre la combustión espontánea y sí sobre el fenómeno de la Ascensión con el que está relacionada.


Para quien desee profundizar sobre este interesante tema puede acudir a este link:  La trampa de la reencarnación

jueves, 9 de julio de 2015

Sudario de Turín, ¿verdadero o falso?

UN FRAUDE DESCOMUNAL

por Horacio Velmont



Según Wikipedia, el Sudario de Turín —también conocido como la Síndone, la Sábana Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión. Se encuentra ubicado en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).

El sudario mide 436 cm × 113 cm. Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre científicos, teólogos, historiadores e investigadores.

Algunos sostienen que el sudario es la tela que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que el rostro que aparece es el suyo. Otros afirman que este objeto fue creado en la Edad Media.

La Iglesia católica no ha manifestado oficialmente su aceptación o rechazo hacia el sudario, pero en 1958 el papa Pío XII autorizó la imagen en relación con la devoción católica hacia la Santa Faz de Jesús.

En 1988 la Santa Sede autorizó la datación por carbono-14 de la sábana, que se realizó en tres laboratorios diferentes, y los tres laboratorios dataron la tela entre los siglos XIII y XIV (1260-1390).

La Iglesia Católica aceptó la datación realizada, sin retirar el culto al objeto por representar algo, de la misma manera que se reza ante una cruz de madera por lo que representa.

La imagen de la sábana se puede apreciar más claramente en negativo, debidamente contrastado, que en el color sepia original.

La imagen en negativo fue contemplada por primera vez en la noche del 28 de mayo de 1898, en el reverso de la placa fotográfica del fotógrafo amateur Secondo Pia, que estaba autorizado para fotografiarla mientras se exhibía en la Catedral de Turín.

SOLUCIÓN DEL MISTERIO


La clave de todo el fraude la brindó el Papa Leon X (1513-1521) cuando dijo: “Bien conocemos qué superstición más útil ha sido para nosotros la fábula de Cristo”. A confesión de parte, relevo de prueba…

La Iglsia Católica, con tal de manipular a sus fieles a su antojo siempre ha hecho cualquier cosa, sin importar lo burda que fuese, empezando por permitir que se piense que la tela conocida como el Sudario de Turín es la que envolvió a Jesús cuando fue descendido de la cruz.


El fraude en este caso es doble, porque, por una parte, si bien el Sudario es verdadero, en realidad no pertenece a Jesús, y por la otra, el Maestro no fue crucificado. Y no solamente no fue crucificado, sino que ni siquiera juzgado y menos aún condenado.

En efecto, cuando los judíos le exigieron a Poncio Pilatos su arresto, él se lavó las manos aclarándoles que Jesús ya no se encontraba en Judea, pues se había marchado al Occidente (La Galia). Y ahí acabó todo. Más tarde Jesús se dirigió a Cachemira, donde se produjo su Ascensión a los 73 años.

¿Por qué digo que el Sudario es verdadero? Porque realmente pertenece a alguien que, además de Ascender y dejar impregnado en la tela el proceso, sufrió heridas similares a las que pudo padecer Jesús si hubiera sido flagelado y luego crucificado.

En rigor, el Sudario de Turín no es de un esenio sino el de un samana indoario, que a pesar de practicar de practicar la autoflagelación, que es una aberración religiosa, el resto de las prácticas y modo de vida del sujeto le llevó a la Ascensión alrededor del año 1220 d. de C.

El verdadero sudario de Iesus el Esenio (Jesús) puede haber sido quemado o tal vez nunca fue encontrado.

La Ascensión, en términos sencillos, es el salto evolutivo hacia el siguiente reino, el Crístico, lo cual se logra a través de la purificación de la conciencia individual. Transcribo este párrafo que encontré en la Red que puede ilustrar mejor la idea: “Cuando el Ego o Yo Inferior se eleva hasta unificarse con el Yo Divino en el cual se origina, se produce la Ascensión al Reino Crístico o Superhumano en el cual desaparecen las limitaciones físicas”.

En el procedimiento de la Ascensión se produce como una especie de flash que deja impregnada la figura del iniciado. En el caso del Sudario de Turín dicha figura quedó más impregnada a causa de un incendio que quemó parte de la tela.

La denominada “Combustión humana espontánea” está relacionada con la Ascensión, no teniendo nada que ver con los espíritus o los demonios, como algunos investigadores han especulado.

Desde ya que el hecho de que la combustión no haya sido total (a veces quedan partes del cuerpo y también algunos objetos de la persona, como los zapatos, por ejemplo) solo significa que por algún motivo la Ascensión no ha sido completa.

ACLARACIÓN ADICIONAL DE HORACIO VELMONT

Hay un interesante video de una entrevista que le hicieron al investigador Gabriel Silva en la cual habla, entre otros temas, del Sudario de Turín, que confirma lo que hemos dicho aquí. Ver:

NOTA ACLARATORIA DE DENYSE GÓMEZ

El Sudario de Turín, que supuestamente envolvió el cuerpo de Jesús, realmente no tiene ninguna relación con el Maestro, pues perteneció a un seguidor más reciente que a pesar de tener influencias cristianas distorsionadas alcanzó la Ascensión, y la figura formada corresponde al “reflejo fotográfico” de su cuerpo que se impregnó en la tela por la irradiación que emitió al momento de dicha transfiguración.

Es importante aclarar que existen miles de sudarios verdaderos procedentes de diferentes ascendidos, por lo que hay que descartar la mentira del catolicismo de que se trata de falsificaciones.

Otra de las cuestiones importantes es la eliminación de la idea, ya que es un preconcepto, que asocia al sudario con la muerte y resurrección de Cristo y no a su Ascensión.

En este sentido, me refiero a la supuesta cricifixión de Jesús, hay tener en cuenta que el Maestro tenía relaciones amistosas con Roma, y cuando se presentó ante Pilatos fue por invitación suya, lo cual hacía prácticamente imposible una intervención negativa por parte de los romanos en su contra.

Con toda certeza fue aquí donde ocurrió la verdadera cena de la que tanto se habla y en la que posiblemente ocurrieron hechos rituales que lo prepararon para su misión en occidente (como la unción con aceite sagrado por parte de María Magdalena, su esposa).

El Maestro se fue antes de que fuera incluso acusado y perseguido por los judíos y de allí el episodio mal narrado de que Pilatos se lavó las manos ante ellos.

El Maestro Jesús, conocido en Roma como “Iesus el Esenio”, había nacido de padres que pertenecían a esta congregación que no era judía como se ha pretendido afirmar de falsas fuentes que buscaron ligar su figura como descendiente judío.

El hecho de que no era por lo tanto judío aclara mucho de los eventos que sucedieron, como el no poder ser juzgado por los judíos que lo atacaron en su misión, el haber podido actuar de manera aparentemente opuesta a la tradición judía, especialmente en lo relacionado a la forma en que vivía con su esposa, y su relación con Roma.

Los esenios tenían el favor del Imperio Romano porque eran una tribu con principios superiores, de alta integridad espiritual, y compartían mucha de la ética y el orden que en sus orígenes Roma pretendía dar a las provincias para evitar enfrentamientos y generar protección a sus ciudadanos.


Muchos de los esenios se consideraban maestros espirituales y el Maestro Jesús fue valorado por su enseñanza, llegando incluso a ser ciudadano romano.

La verdad sobre Cienciología

¿CIENCIA EXCELSA O CULTO TENEBROSO?



Cienciología puede devolverte la cordura,
pero los cienciólogos pueden volverte loco

Los ataques a Cienciología, ciencia que contiene las leyes de la mente, forman parte de la imbecilidad humana, porque ¿acaso no es un imbécil aquel que ataca a una ley porque un juez la aplicó mal? Las leyes que rigen a Cienciología son tan exactas como la ley de gravedad o la ley de causa y efecto, y solo cuando se las ignora surgen los inconvenientes. El problema radica, entonces, no en las leyes sino en quienes las aplican. Decir que Cienciología es un culto tenebroso, por lo tanto, es tan absurdo como atribuirle lo mismo a la tabla de multiplicar.

Por otra parte, justo es decirlo, todos los cienciólogos son personas muy éticas, pero lo que sucede es que la ética y la racionalidad no siempre van juntas…


Muchos confunden a David Miscavige con Cienciología



CIENCIOLOGÍA TAMPOCO ES RONALD HUBBARD

Cienciología está basada en axiomas científicos, irrefutables y preexistentes –es decir que no son patrimonio de nadie– que se demuestran al ponerlos en práctica porque funcionan. Es algo similar a la ley de gravedad (que siempre existió): sueltas una piedra y en condiciones normales ésta cae al piso.

Si alguien suelta una maceta desde un décimo piso y ésta, en lugar de caer al suelo, queda detenida en el cuarto piso porque había un toldo extendido, ¿quién será tan estúpido para echarle la culpa a la ley de la gravedad?

Algo similar están haciendo aquellos que atacan a Cienciología. Cienciología, en cuanto al conjunto de leyes que contiene, es inatacable. Lo que sucede dentro de las organizaciones, me refiero a los problemas humanos que surgen en ellas, son cuestiones que no tiene nada que ver, reitero, con los postulados contenidos en Cienciología. Sinceramente no sé cómo ser más claro.

Extremando los ejemplos, a fin de que no queden dudas sobre el error de atacar a Cienciología, lo brinda el caso de que alguien criticara las reglas matemáticas de la construcción de puentes por el hecho de que algunos de ellos se han venido abajo.

Parece increíble, por lo tanto, que aún se siga debatiendo sobre qué es Cienciología en realidad, si es ciencia o religión, si tiene oscuros secretos, y toda la lista de disparates que se han dicho sobre ella.

Aunque muchas veces hemos tratado de dilucidar la verdad que se esconde detrás de tantas opiniones delirantes, es conveniente volver a referirnos al tema.

La primera aclaración fundamental es que ni Dianética ni Cienciología fueron creadas por L. Ronald Hubbard, de la misma forma que Copérnico tampoco creó el sistema heliocéntrico, solo fueron sus descubridores. En otras palabras, las leyes que rigen a Cienciología y las que rigen al heliocentrismo existieron siempre porque forman parte de la Creación como las piedras y las estrellas, como la ley de gravedad y la ley de causa y efecto.

En segundo término, Cienciología, como lo hemos sostenido muchas veces, no es una religión en el sentido que se le da a esta palabra, sino lisa y llanamente una ciencia exacta. Hubbard la declaró religión simplemente para evitar los ataques de la Psiquiatría, que veía que su reinado estaba siendo amenazado por esta nueva ciencia. En buen romance le estaba vaciando los bolsillos. Solo funciona como religión en aquellos países donde se la persigue. En Argentina, por ejemplo, funciona legalmente como asociación civil.

¿Pero entonces a qué se debe todo este debate interminable en el que parece no llegarse a ninguna conclusión? La respuesta es tan simple y tan obvia que resulta increíble que nadie la haya encontrado y que ya la hemos insinuado, y es que hay que separar a Cienciología, como filosofía aplicada, de Cienciología como conjunto de miembros que la aplican.

Cienciología, como filosofía aplicada, es una ciencia, como ya señalé, que contiene postulados irrefutables, y la prueba está en que cuando la tecnología se pone en práctica funciona. Y funciona siempre. Es como la tabla de multiplicar: dos por dos da cuatro. ¿Dónde está entonces el problema? El problema está en los miembros que la componen, cabe reiterar. Me refiero a su conducta reprochable, claro está.

En otras palabras, y siguiendo el ejemplo de la tabla de multiplicar, si ésta se pone en manos de personas que dicen que dos por dos da cinco, es obvio que el problema no está en la tabla de multiplicar sino en quienes la utilizan.


Esta confusión entre Cienciología y cienciólogos es lo que ha llevado a esta ciencia a un debate totalmente absurdo. En pocas palabras, ¿qué tiene que ver Cienciología con sus integrantes? Pues nada, absolutamente nada. Expresado de otra manera, si los cienciólogos hacen desaguisados, echarle la culpa a Cienciología parece poco menos que ridículo. Es como echarle la culpa a la ley de gravedad porque un puente se vino abajo.

Recuerdo una película que se llamaba “Las Grandes Maniobras”, donde uno de los personajes le decía al otro: “La guerra es una cosa demasiado sería como para dejarla en manos de los militares”. De la misma forma, utilizando la misma ironía, podría decirse: “Cienciología es una cosa demasiado sería para dejarla en manos de los cienciólogos”.


Cuando Hubbard descubrió la tecnología para devolverle al hombre su cordura (Hubbard la descubrió, no la creó, vuelvo a aclarar), plasmada inicialmente en Dianética, se dio cuenta de que pasarían mucho años antes de que los miembros pudieran alcanzar los conocimientos y las habilidades que él tenía, de modo que tuvo que resignarse y adaptar la técnica a fin de que pudiera ser aplicada por los que recién entraban en la organización.

Fue algo así como dejar a cargo de simios las ametralladoras con solo dos o tres lecciones de tiro. No estoy criticando a Hubbard, sino que estoy señalando que no tenía otra alternativa que proceder así.

Para acotar todo lo posible los errores en la aplicación de la tecnología, Hubbard detalló minuciosamente los pasos a seguir en las denominadas “Políticas”. Y estableció penalidades muy severas para aquellos que se apartaban de ellas. Hubbard sabía bien con los bueyes que tenía que arar…

La razón de esto fue que como la tecnología funcionaba, es decir, era exitosa siempre, si fallaba no era culpa de ella sino del que la aplicaba. Esto reducía la búsqueda del problema, ya que se sabía que solo se trataba de un error humano.

El temor lógico de Hubbard era que el procedimiento dianético o cienciológico se mezclara con otras técnicas, en la creencia de que más o menos eran lo mismo. Por ejemplo, son muchos los que aún creen que Cienciología es una especie de Psicoanálisis mejorado. Nada que ver.

Al parecer, Hubbard se dio cuenta de que el hombre tiende a incorporar al proceso sus propias ideas, incluso cuando todavía no conoce bien la tecnología que está aplicando.

La rigurosidad de Hubbard tenía otro motivo muy importante: para que la tecnología funcionara tenía que aplicarse tal cual él la había diseñado. En otras palabras: “éstas son las reglas para construir un puente, síguelas al pie de la letra y tendrás una construcción sólida, equivócate y el puente se vendrá abajo”.


Antes de entrar en Cienciología yo me había psicoanalizado durante dos décadas, y si bien por un lado fue un obstáculo para lograr rápidos progresos (el Psicoanálisis es incompatible con Cienciología), por el otro me sirvió para darme cuenta de que la nueva ciencia estaba brindando las pautas de por qué el Psicoanálisis era ineficaz. También me di cuenta de que mis conocimientos de Psicoanálisis me hacían comprender mejor a Cienciología (“para evaluar un dato se necesita otro dato de la misma magnitud”), algo que no sucedía con los otros cienciólogos que jamás se habían psicoanalizado.

Dentro de la organización, si bien es cierto que por un lado yo resolvía perfectamente mis problemas con la auditación y los cursos, por el otro tenía grandes encontronazos con mis compañeros, que muchas veces interpretaban cerradamente (quiero decir “demasiado literalmente”) las indicaciones que Hubbard había dejado escritas en sus Políticas. Es algo similar a que un juez aplicara estrictamente el texto de la ley en lugar de interpretarlo racionalmente, lo cual puede conducir a verdaderos disparates.

No quiero detenerme en explicar estos encontronazos, pero sí por lo menos mencionar uno de ellos. Hubbard decía, por ejemplo, que “Nunca, nunca, nunca, se debe interrupir al estudiante en la Academia”. La interpretación que hacían de esta regla era que “nunca es nunca”, por lo que no había que interrumpirlo ni siquiera que se le esté incendiando su casa o su madre se esté muriendo porque la atropelló un colectivo y los cirujanos lo estaban esperando para que firme la autorización para operarla.

En este sentido me di cuenta de que los cienciólogos tenían muchas dificultades para interpretar correctamente las políticas de Hubbard y por eso llegaban a conclusiones tan absurdas. Obviamente, en el caso de “nunca, nunca, nunca” Hubbard estaba destacando la importancia de no interrumpir al que estudia, por lo que no debía hacérselo si no se trataba de una emergencia insuperable.

En una ocasión en que mi hija estaba estudiando en la Academia, yo la había ido a buscar porque teníamos que hacer una diligencia importante y no me autorizaron a llevármela hasta que no terminara la hora de estudio, decisión con la que me complicaron todo el día. Y tengo cientos de anécdotas similares. Estas cosas obviamente exasperan los ánimos, pero nunca me motivaron para hablar mal de Cienciología. Hubiera sido totalmente absurdo que lo hiciera.

Existen pruebas a la vista de lo que digo porque es fácilmente demostrable. Todo el que habla mal de Cienciología, si estuvo dentro de la organización, es porque existió algún problema con otro u otros cienciólogos, nunca con la tecnología. Y de ahí el error, porque debieran hablar mal, en todo caso, de sus problemas con otros miembros de Cienciología, no con Cienciología en sí.

Por otra parte, quienes han atacado a Cienciología y nunca estuvieron dentro de la organización ni siquiera para hacerse un test, lo han hecho siempre refiriéndose a la conducta personal de Hubbard y nunca a la técnica. Esto es un total disparate porque ¿qué tiene que ver Hubbard como persona, que quizás puede haber sido un hombre imperfecto en su vida privada, con la tecnología que desarrolló?

¿Qué podríamos pensar de un crítico que hablara mal de las ejecuciones de un concertista de piano basándose en que tiene dificultad para utilizar los cubiertos? Así de disparatada es la cosa…

Cuando nosotros necesitamos, por ejemplo un médico, acudimos a él teniendo en cuenta la tecnología que aplica, no por su conducta en su vida personal, que incluso con toda probabilidad desconocemos. Es más, a veces ni siquiera estamos seguros de cómo se llama el médico que nos atiende. Y nos basamos para evaluarlo por los resultados de la técnica que aplica, no por cómo es él afuera del consultorio.

De la misma forma, criticar una tecnología atacando arteramente a quien la desarrolló, en lugar de explicar detalladamente por qué no sirve, es un disparate de marca mayor. Simplemente no tiene sentido. Y reitero, pueden buscarla hasta el agotamiento que no van a encontrar jamás una sola crítica a la tecnología de Dianética o de Cienciología, sino solo a Hubbard como persona, y siempre inventándole defectos que jamás tuvo.

En conclusión: ¿Es criticable Cienciología en cuanto a filosofía aplicada? La respuesta es que no, en absoluto. ¿Son criticables los cienciólogos que con su comportamiento han comprometido a la institución? La respuesta es sí, absolutamente. ¿Es un disparate, entonces, confundir a la institución con sus miembros? Sí, por supuesto.

La inmensa mayoría en todo el planeta que ha utilizado la tecnología desarrollada por Ronald Hubbard y plasmada en Dianética y Cienciología ha resuelto infinidad de problemas que ninguna otra tecnología iba a poder solucionar. Por los pocos que han tenido problemas en la organización, no con la tecnología sino con otros cienciólogos, que es casi seguro que ellos mismos han provocado o simplemente no han sabido resolver, quizás por algún malentendido, no se puede juzgar a la institución en sí. Cienciología sirve, pero los cienciólogos no siempre.

Y ésta es toda la historia de los ataques a Cienciología, quedando la duda de que quizás los que la atacan saben que la tecnología funciona y como no la pueden criticar en base a ella aprovechan para hacerlo indirectamente criticando a su fundador. Y lo mismo vale para aquellos, especialmente psiquiatras, que han criticado a Cienciología atacando a Hubbard, pero sin tener la menor idea de su tecnología.

Y yo desafío a cualquiera que ataca a Cienciología que me demuestre que la tecnología desarrollada por Hubbard no funciona. Hasta ahora, en más de medio siglo de su existencia, nadie lo ha hecho.

NOTA ADICIONAL DE HORACIO VELMONT


En todo el planeta. como ya señalé, existen miles de organizaciones de Dianética y de Cienciología y millones de personas que han resuelto muchos de sus problemas con la tecnología desarrollada por L. Ronald Hubbard, siendo ínfima la cantidad de personas las que por una razón o por otra no han logrado beneficiarse. Habría que analizar en cada caso las razones, que nunca pueden deberse a la tecnología, sino a su errónea aplicación o a problemas con otros cienciólogos, que son harina de otro costal.

Voy a relatar uno de los problemas que tuve con la organización –no con Cienciología, aclaro– por la que fui echado. Resulta que me llevé un libro de Hubbard para leerlo en casa, obviamente sin intención de robármelo, pero violando la regla de que tenía que haberlo pedido prestado, con lo que no había ningún problema.

Pero sucedió que en el interín todos los miembros tuvimos que pasar por el E-Metro, que si bien no es un detector de mentiras sino un detector de “cargas negativas” sirve como tal, y resultó que la aguja del cuadrante se movió cuando el auditor me preguntó si tenía en mi poder algún material de la organización.

No es necesario que yo respondiera nada porque el aparato lo indica automáticamente, y en este caso el aparato señaló que sí. En ese momento yo no supe que el aparato me había delatado. Aclaro que este chequeo es rutinario en las organizaciones de Cienciología, ya que el cienciólogo tiene que ser alguien muy ético.

El caso es que al día siguiente concurrí a la organización y mi casillero no estaba. ¡Me habían echado! Para volver a entrar tuve que hacer lo que se llama un “manejo de ética”. Me dieron una planilla en la que había que buscar definiciones, siendo una de ellas “deshonestidad”.

Cuando vi esto, realmente me enojé y me fui de la organización considerando injusto que se me llamara deshonesto solo por haberme llevado un libro prestado sin pedir permiso.

A los dos meses me llamaron de la organización preguntándome que me sucedía. Se los expliqué y me respondieron: “La definición pedida sobre honestidad no está prevista individualmente, sino que está impresa y se les pide a todos en general”.

Esto se llama “malentendido devastador”, pues yo creía que esa definición me la habían pedido a mí en particular. En otras palabras volví a la organización. Si no me hubieran llamado para averiguar qué me sucedía yo hubiera seguido fuera de la organización simplemente por un malentendido mío.

Estos problemas de malentendido son comunes en la organización. Desde ya que en ningún momento hablé mal de Cienciología ni tampoco la había abandonado porque la tecnología no funcionara. En realidad yo era el único culpable, no la organización.

Quien ha leído esto ya podrá imaginarse los problemas que pueden surgir en las miles de organizaciones de Cienciología en todo el mundo, pero siempre se tratará de problemas humanos porque, reitero, la tecnología funciona siempre como un reloj. Dos más dos siempre serán cuatro, por más que alguien de pronto se le ocurra que son cinco. ¿Se entiende a qué me refiero?

En uno de los casos que me tocó atender como auditor fue el de una mujer que había sido violada. Tenía el test totalmente bajo a causa de la depresión. Ya con la primera auditación el test subió y la depresión le desapareció. La técnica dianética, que es muy sencilla, hizo que desapareciera la carga del incidente, que era lo que le provocaba la depresión. Dianética no borra el recuerdo de lo sucedido, sino que le elimina el dolor físico y emocional. Lo sucedido, entonces, pasó a formar parte de las experiencias comunes de la vida y ya no le iba a causar ningún trastorno. Los recuerdos no son aberrativos: solo lo son cuando contienen carga.


Yo personalmente he visto cómo la tecnología, bien aplicada, siempre funciona. ¿Cómo entonces voy a criticar a Cienciología o a no defenderla si los problemas que he tenido dentro de la organización siempre se debieron a disputas con los otros cienciólogos y nunca sobre la bondad de la tecnología, que tanto me ha servido y me sigue sirviendo en el diario vivir?

miércoles, 8 de julio de 2015

La verdadera historia de Nerón

¿EMPERADOR SANGUINARIO O CRISTIANO?



Siempre que se nos viene a la mente la figura de Jesús la asociamos a un cruel martirio en la cruz después de ser azotado vilmente, y cuando pensamos en Nerón lo asociamos a un ser sanguinario, el más loco de todos los emperadores romanos, que incendió Roma solo para reconstruirla y mientras esto sucedía tocaba la lira y cantaba, que mandó asesinar a su madre y que a su concubina Sabina Popea, que estaba embarazada, la mató junto a su hijo de un puntapié en el vientre.
Los más eruditos sobre la historia de este emperador quizás también lo asocien con la castración de un esclavo que se parecía mucho a Popea para tenerlo de amante.
Bueno, ¿qué sucedería si digo que todas estas cosas son patrañas porque nada de esto sucedió?


Jesús era Esenio, habiendo nacido de padres que también lo eran y no era judío como nos han hecho creer y por lo tanto no estaba sujeto a las leyes judías, significando esto que no podía ser juzgado de acuerdo a ellas.
Los Esenios eran muy respetados por Roma, ya que en esa época tenían muchos propósitos éticos en común y por lo tanto Jesús también era muy querido por los romanos, especialmente por Poncio Pilatos, que no solo muchas veces lo invitaba a comer, sino que también era su discípulo, algo no mencionado en la historia falsificada conocida por todos.
Lo cierto es que cuando los judíos se presentaron ante Pilatos para que lo apresara, Jesús ya no estaba en Judea pues había partido para Occidente (la Galia) y así se los hizo saber.


El acto de lavarse las manos se debió precisamente a este hecho y no como dice la historia tergiversada que dejó a Jesús en poder de ellos para que lo juzgaran. Cabe aclarar que generalmente cuando uno habla de “lavarse las manos” siempre se asocia a un acto de negligencia, “te lavaste las manos como Poncio Pilatos”; pero en realidad cuando gente como los mandatarios en Roma se lavaban las manos significaba que habían cumplido su tarea y no que “se escapaban por la tangente”.


Concretamente, todo el asunto de los azotes, el camino al Calvario con la cruz a cuesta y su posterior crucifixión, sin dejar de poner en el tapete el cuento chino –¿de que otra forma se lo puede catalogar– del Sudario (conocido como “el Sudario de Turín”), son todas patrañas.
Todas estas versiones, tanto la de Nerón incendiando Roma y tocando la lira como la de Jesús siendo azotado y luego crucificado han sido fijadas aún más con las diversas películas que se han hecho desde que se inventó el cine hasta la fecha.
Muchos historiadores sinceros se han preguntado si verdaderamente Jesús existió porque no existen registros históricos de él, considerando que una figura que hizo lo que se le atribuye no debió pasar desapercibida.
La respuesta, simple y sencilla, es que sí, Jesús produjo un gran impacto y la prueba es fue fue perseguido para matarlo cuando fue a la Galia, pero quienes estaban interesados en que su figura y sus enseñanzas no perduraran borraron todos los rastros históricos que lo mencionaban.
En este sentido hay que tener en cuenta la época en que esos registros fueron hechos, que eran muy fáciles de eliminar.
Cualquiera sabe, por comparación, que no es lo mismo en la actualidad, donde una página que se sube por ejemplo a Internet, si alguien quiere eliminarla le resulta imposible, particularmente porque si los datos que tiene son interesantes de inmediato otras persona las reiteran casi hasta el infinito.
Si fuera posible eliminar las páginas que uno no quiere que figuren en la Red ya lo hubiera hecho yo con las que armé en el Grupo Elron. Eliminé todas las que pude, pero muchas, con errores lamentables, aún siguen allí.
A estas alturas muchos se estarán preguntando cómo afirmo tales cosas tanto de Jesús como de Nerón, y la respuesta es que no todos los documentos históricos han sido eliminados, porque muchos han sido conservados por sociedades secretas, esperando el momento oportuno para darlos a conocer.




Uno de estos documentos ocultos es el libro denominado “La Biblia III-Testamento para todos los tiempos”, editado por Ramiro de Granada, donde en uno de los capítulos se incluye “El Evangelio de Nerón”, que nos muestra a un emperador cristiano, seguidor de “Jesús el Esenio" y a un Maestro que nada tiene que ver con el que la historia oficial y Hollywood nos ha pintado.

Desaparición de “El Niño Pintor de Málaga”



UN CASO DE PEDOFILIA CLERICAL

por Horacio Velmont




David Guerrero, de 13 de años de edad, era un pequeño pintor extraordinario y talentoso. El lunes 6 de abril 1987 era un día especial para él. Tenía una entrevista en la galería de arte “La Maison”, donde una de sus pinturas iba a ser exhibida. Esta era la primera vez que uno de sus cuadros se iba a exponer. Alrededor de las 18, David salió de su casa en la calle Sargento en Málaga, España, y se dirigió a la parada de autobús más cercana que era a unos 150 metros de su casa. A las 20:30 su padre fue a “La Maison” para recoger a su hijo, donde le informaron que el niño no había estado allí. Su padre se dirigió a la Academia de Arte, donde le dijeron lo mismo, que su hijo no había estado allí y que no lo habían visto. Los padres de David lo buscaron por todas partes, pero alrededor de medianoche, el padre de David le dijo a la policía que su hijo había desaparecido. La policía descartó la teoría de que David se hubiera escapado debido a que era un niño comprometido con la pintura y con un círculo de amigos muy reducido. Otra teoría era que, debido a las capacidades naturales de David para la pintura, podría haber sido secuestrado por algún miembro de la élite relacionada con la cultura del arte. El secuestro extorsivo también se descartó debido al hecho de que nadie llamó para pedir ningún rescate por el niño. La desaparición de David es todavía un misterio. Una desaparición que se clasifica como caso “extremo” debido al hecho de que no hay absolutamente ninguna pista sobre lo que le podría haber sucedido a David. No hay testigos. Era como si David se hubiera desvaneció en el aire. Hoy en día se le conoce como “El niño pintor de Málaga“.

La historia que hemos transcripto es una de las tantas que se encuentran en Internet sobre este aparente extraño caso.


Cuando alguien desaparece, lo primero que uno piensa es en una abducción extraterrestre, tan imbuidos estamos de los alienígenas que todos los hechos a los que no encontramos explicación se los atribuimos a ellos.

Pero, más allá de que los extraterrestres no existen, por lo menos en la cantidad que nos han hecho creer aquellos que les interesa entretenernos, lo cierto es que las visitas de los seres del espacio exterior son esporádicas y además no se interrelacionan con nosotros.

Y esto que digo es después de desasnarme sobre este asunto, porque durante mucho tiempo fui un fanático del tema extraterrestre, estando convencido de que era inmensa la profusión de Ovnis que venían a nuestro planeta. Me costó aceptar que el tema extraterrestre era solo una engañifa del Gobierno Oculto para despistarnos y alejarnos de la verdad, que estaba a la vuelta de la esquina y no a millones de años luz.

Pero me estoy alejando del tema del que quiero hablar, es decir, de El Niño Pintor de Málaga, como se conoce el caso de su supuesta desaparición misteriosa.

Como siempre hago en estos casos consulté a los profesores del Grupo Ruanel, y la respuesta fue categórica: “Es un caso en el que está implicado el clero católico… Pedofilia”.

Mi sorpresa fue mayúscula porque realmente no se me había ocurrido que la solución era tan simple. Me sucede algo extraño cuando los profesores del Grupo Ruanel me brindan la clave de un misterio: de inmediato sé que es la correcta. Es una fuerte sensación de certeza que obviamente no puedo transmitir, pero aun así lo que me dicen lo tomo “con beneficio de inventario”, como acostumbran decir los abogados y por eso me aboqué a la búsqueda de alguna confirmación en Internet, que es una caja de sorpresas porque entre los millones de usuarios siempre hay alguien que sabe la verdad y la sube para que todos se enteren.

DAVID GÓMEZ GUERRERO “EL NINO PINTOR DE MALAGA” DESAPARECIÓ EL 6 DE ABRIL DEL 1987 CUANDO IBA A RECOGER UN PREMIO DE PINTURA EN UNA EXPOSICIÓN QUE PRESENTABA SUS CUADROS: FUE VIOLADO Y ESTRANGULADO POR CURAS EN UNA IGLESIA O PARROQUIA DONDE ÉL CON OTROS NIÑOS APRENDÍA PINTURA CON CURAS Y FRAILES DE ESA IGLESIA. SU CUERPO FUE ENTERRADO EN SUS SÓTANOS.

Estoy convencido de que la mayoría que conozca el caso de El Niño Pintor de Málaga, al leer el párrafo que antecede sabrá en su interior -como lo supe yo- que esta es la cruel verdad de su desaparición.


Este caso recuerda otro, el del asesinato satánico donde también estaba involucrado el clero, conocido como el crimen de Alcácer (o crimen de Alcàsser), es decir, al secuestro, violación, tortura y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, tres niñas de catorce y quince años del municipio valenciano de Alcácer, España. Al juicio derivado de este crimen se conoce como caso Alcácer (o caso Alcàsser).

Las niñas desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían haciendo autoestop a una discoteca de la vecina localidad de Picasent donde se celebraba una fiesta del instituto. La búsqueda de las conocidas como niñas de Alcácer tuvo una fuerte repercusión en los medios de comunicación nacionales. El 27 de enero de 1993, setenta y cinco días después de su desaparición, dos apicultores encontraron los cadáveres semienterrados en una fosa de un paraje conocido como La Romana, próximo al pantano de Tous. El hallazgo de los cuerpos y el posterior conocimiento de las vejaciones a las que fueron sometidas provocaron una profunda conmoción en la sociedad española.


El caso de la desaparición de “El Niño de Somosierra” también se lo vincula a un crimen del clero, pero en esta ocasión se trató de un secuestro realizado por su propio padre, que era un conocido mafioso y lo hizo para vengarse de su esposa -madre de la criatura- que huía con su amante y el pequeño.




En mi vida anterior yo fui un cura pedófilo…

NOTA ADICIONAL DE HORACIO VELMONT

Quienes me conocen, seguramente habrán pensado que la imagen del mono y su leyenda se debió a una de mis humoradas, pero, lamentablemente, cuando el hombre se degrada a extremos tales como abusar de los niños, no solo sexualmente sino en ritos satánicos, que siempre involucran torturas y muerte, el humor se acaba y surge una gran verdad.
En el Evangelio de Nerón -este emperador era cristiano y no el sanguinario que pinta la historia- hay un párrafo atribuido a Jesús bastante extraño que habla de que “los simios son hombres que han caído en la imperfección”.
Lo curioso es que lo mismo, aunque con otras palabras, había dicho Blavatsky: “El hombre no desciende del mono; el mono desciende del hombre”.



Quizás lo peor del cura pedófilo no sea la encarnación en un mono, sino estar obligado a tener sexo con una mona… (y esto sí es una humorada).


Naturalmente que no es fácil admitir que los simios sean hombres degradados y por eso se me ocurrió la idea de ir al zoológico para examinarlos y ver si algo me lo demostraba, algún indicio, aunque mínimo. Bueno, realmente salí frustrado porque no pude comprobar nada. Quizás alguno de ellos hizo algún gesto revelador que a mi se me pasó desapercibido…

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