miércoles, 15 de julio de 2015

El enigma de la combustión espontánea

EL CASO DE LAS ASCENSIONES INCOMPLETAS

Por Horacio Velmont





Se utiliza el término “combustión espontánea humana”, según lo explica Wikipedia, para describir los supuestos casos de incineración de personas vivas sin una fuente externa de ignición aparente. Aunque existen multitud de hipótesis sobre la combustión espontánea, la posición mayoritaria es de escepticismo sobre la propia existencia del fenómeno. Los defensores de la existencia de este fenómeno contabilizan alrededor de 200 casos desde el siglo XVIII. Sin embargo, en la mayoría de los casos apenas hubo una investigación sobre las circunstancias que lo rodearon, y muchos de ellos se basan en testimonios de segunda o tercera mano y se carece de datos tan básicos como el nombre de la víctima o la fecha del incidente. Los defensores de la existencia del fenómeno han discrepado durante años sobre la posible causa del fenómeno; recientemente algunos han propuesto como razón más probable de su ocurrencia el inicio de un fuego no espontáneo con efecto mecha.

Como surge claramente de esta explicación, la ciencia está tan alejada de la verdad sobre el por qué de pronto alguien se incendia al punto de quedar reducido a cenizas en segundos, dejando solo partes de su cuerpo, como un piojo de la comprensión de la teoría de la relatividad.


El punto es que este fenómeno está relacionado, y únicamente con él, con la Ascensión al Reino Crístico, lugar espiritual al que finalmente todos, más tarde o más temprano, ascenderemos.


El hecho de que queden partes del cuerpo, es decir que no haya habido una combustión total, está indicando que por alguna razón no pudo ser completada.


No podemos menos de mencionar al Sudario de Turín, que es falso en cuanto se le atribuye a Jesús, pero que es verdadero en cuanto a que se trató de un caso de Ascensión, o si se quiere, de combustión espontánea.

Son esclarecedoras las explicaciones que nos dio sobre este asunto la profesora Denyse Gómez, que forma parte del Grupo Ruanel junto con su director el profesor Daniel Asamuya:

El Sudario de Turín, que supuestamente envolvió el cuerpo de Jesús, realmente no tiene ninguna relación con el Maestro, pues perteneció a un seguidor más reciente que a pesar de tener influencias cristianas distorsionadas alcanzó la Ascensión, y la figura formada corresponde al “reflejo fotográfico” de su cuerpo que se impregnó en la tela por la irradiación que emitió al momento de dicha transfiguración.
Es importante aclarar que existen miles de sudarios verdaderos procedentes de diferentes ascendidos, por lo que hay que descartar la mentira del catolicismo de que se trata de falsificaciones.
Otra de las cuestiones importantes es la eliminación de la idea, ya que es un preconcepto, que asocia al sudario con la muerte y resurrección de Cristo y no a su Ascensión.
En este sentido, me refiero a la supuesta cricifixión de Jesús, hay tener en cuenta que el Maestro tenía relaciones amistosas con Roma, y cuando se presentó ante Pilatos fue por invitación suya, lo cual hacía prácticamente imposible una intervención negativa por parte de los romanos en su contra.

No hay mucho más para explicar sobre la combustión espontánea y sí sobre el fenómeno de la Ascensión con el que está relacionada.


Para quien desee profundizar sobre este interesante tema puede acudir a este link:  La trampa de la reencarnación

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