UN ENGAÑO
PLANETARIO
por Horacio Velmont
El tema de las
religiones ha sido debatido hasta el hartazgo y tiene tantos
defensores fanáticos como críticos acerbos, pero ninguno de estos
grupos antagónicos ha brindado jamás los datos verdaderos sobre
ellas como para decidir para un lado o para el otro.
En realidad, más
que debates sobre lo positivo o lo negativo de las religiones en
general, las discusiones se han centrado en cada una de ellas,
sosteniendo los que las defienden, como era lógico, que la verdadera
es la que se profesa.
Este debate, que aún
continúa, no cae en la cuenta de que ninguna religión es verdadera
porque todas parten de bases falsas. Más aún: tampoco existen bases
verdaderas, porque las religiones han sido inventadas solo para
manipular a las masas.
Para que se entienda
lo que queremos decir, las religiones, no importa de cuál se trate,
no son más que venta de humo. Por lo tanto, quien defiende a su
religión, lo que en realidad está haciendo –sin saberlo, por
supuesto, descontamos su buena fe– es defender la venta de humo.
Expresado de otra manera, las religiones no son más que una
descomunal estafa planetaria. Sinceramente no sé cómo ser más
explícito.
Empecemos por
examinar a Jehová. Voy a transcribir su biografía, es decir, lo que
se tiene de él por verdadero, que no es más que un bulo *)
(*) BULO: “Noticia
falsa que se difunde, generalmente para perjudicar a alguien”
“Jehová es el
nombre propio empleado en la Biblia para denominar a la deidad
suprema de las religiones judeocristianas, o sea Dios.
El antiguo
testamento, escrito en hebreo antiguo no usaba vocales: por lo tanto,
el nombre con el cual se lo denominaba a Dios era a través de las
siguientes consonantes: YHVH, que se pronunciaba como yavé. Cabe
destacar que Yavé, Jehová, así como Yahweh, Yahvé, Iehová,
Jehovah y Jah , son algunas de las denominaciones más empleadas para
designar a Dios.
En tanto, para las
religiones judeocristianas, Jehová es el absoluto responsable de la
creación, de todo cuanto habita en el mundo y además se ocupa de
supervisar todo cuanto acontece en el universo.
Aunque en lo
mencionado no se agota la mano de Dios, ya que él en si mismo supone
el camino a la salvación y a la vida eterna. Por su enorme amor a
los hombres y por su misericordia, Dios hizo que su hijo Jesús se
hiciese un hombre de carne y hueso, para así recalar en la tierra y
salvar a la humanidad del pecado original. Dios, que es hijo, padre y
espíritu santo al mismo tiempo, fue capaz de sufrir el dolor físico
más grande con la misión de salvar a todos los hombres del pecado.
Cabe destacar que ha
sido el Cristianismo la primera religión monoteísta en concebir a
Dios como una especie de observador que se halla por fuera del mundo;
Dios nos observa en las alturas y cuando queramos, a través de la
oración, es posible entrar en contacto directo con él.
Entre los atributos
más destacados que se le atribuyen a Jehová, se cuentan:
omnipotencia (poder sin límites, infinito e inagotable),
omnipresencia (capacidad de estar presente en todos los lados
simultáneamente), omnisciencia (la facultad de saberlo todo o saber
todo lo que se necesita saber en un determinado contexto),
omnibenevolencia (disponer de buena voluntad en todo), simplicidad
divina (Dios no posee partes) y existencia eterna y necesaria.”
Si todo lo que
anteceden, como ya advertimos, es falso, la pregunta del millón es:
¿Quién entonces es Jehová?
Jehová es un
Primordial, un habitante del Jardín del Edén o Paraíso, o dicho
más prosaicamente, de la Tierra hueca. Sí, aquí, en la Tierra
hueca, está el famoso Jardín del Edén, no en la superficie.
Los habitantes de la
Tierra hueca o del Jardín del Edén son humanos inmortales en el
sentido de que su organismo físico perdura indefinidamente. No se
trata de un milagro, sino simplemente sucede que los organismos
físicos no se deterioran. Incluso la ciencia misma ha dicho que no
hay ninguna razón científica válida por la que los organismos
físicos deban deteriorarse.
Pero entendámonos,
como espíritus los seres humanos somos inmortales, pero aquí
estamos hablando del organismo físico. El hecho de que nuestro
promedio de vida actual sea alrededor de 70 años tiene un
responsable: Jehová, que nos limitó la existencia en el plano
físico con la idea egoica de que no seamos como él.
¿Entonces Jehová
creó a Adán y Eva como se dice? La respuesta es que no, no los
creó, sino que los clonó. Cuando hablamos de clonación, ya todos
sabemos de qué se trata. Ésta es la verdad de la “creación” de
Adán y Eva, es decir, el origen de la raza humana. El hecho de que
las religiones hayan tomado a Jehová por el Creador no fue más que
una astucia de este ser degradado para manipularnos.
Adán y Eva no
estaban conformes con muchas cosas de Jehová y se rebelaron. Para
comprender esto imaginemos a un científico genetista que clona de sí
mismo a un hombre y una mujer y luego éstos se rebelan contra él
por el motivo que sea y entonces éste los echa de su casa. Tal cual
es lo que sucedió con Jehová y Adán y Eva. Lo estoy explicando de
la manera más simple posible para que lo puedan entender todos.
Repito, entonces, que hay que hablar de clonación y no de creación.
Y también repito que la falsa idea de que Jehová es el Creador fue
influida por el mismo Jehová.
Voy a dar un ejemplo
claro para que se entienda mejor esta cuestión. Imaginemos un pastor
que sea un científico genetista, experto en clonación. De pronto se
le ocurre clonar ovejas capaces de pensar como él. Naturalmente que
no las clonará exactamente cómo él, no vaya a ser que después lo
pasen por encima. Entonces hace una clonación defectuosa, y eso es
lo que hizo Jehová con nosotros, y por eso no somos inmortales como
él, ni tampoco tan inteligentes ni tan pillos. Si fuéramos tan
inteligentes y tan pillos como Jehová no estaríamos en la situación
de rebaño en la que estamos. No sé cómo ser más explícito sobre
esto.
Los habitantes del
Jardín del Edén, hermanos –para decirlo de alguna manera– de
Jehová, estaban disgustados con los experimentos que estaba
haciendo y finalmente terminaron por echarlo, es decir, lo enviaron
a la superficie.
El problema con
Jehová consiste en que como es un ser degradado que fue presa del
ego y quiso ser Dios, en lugar de alimentarse de las energías del
verdadero Creador se nutre de las emociones humanas: dolor, miedo,
angustia, etc.
Para obtener estas
emociones a mano tomó bajo su “protección” al pueblo hebreo y
todos sabemos de los sacrificios de animales e incluso de humanos que
le ordenó hacer. También sabemos cómo los hacía masacrar pueblos,
donde no perdonaban ni a los niños ni a las mujeres embarazadas.
Todo para obtener su “alimento”. Esto es historia, de modo que
no tengo que explicar nada más.
No solo Jehová
obtiene –obsérvese que no digo “obtenía”– su alimento de
estos sacrificios, sino también de los conflictos, tanto a nivel
doméstico como mediante las guerras que conocemos. Todos ellos son
provocados por Jehová. Y éste es el “Dios” que adoran de las
religiones, no importa como lo llamen.
Es bastante
sugestivo el hecho de que hayamos tardado tanto en darnos cuenta del
engaño, de que éste “dios celoso” no es más que un
aprovechador. ¿Cómo un dios que se supone debe ser todo amor por
sus criaturas nos puede ordenar, como si fuera algo excelso,
sacrificar cruelmente tanto animales como seres humanos?
La religión, por lo
tanto, no fue más que un invento de Jehová para lograr que los
seres humanos hagan su voluntad sin protestar. Para Jehová nosotros
no somos más que un rebaño de ovejas que hay que utilizar.
Ahora es el momento
de presentar a Jesús. Este maestro esenio habitaba, en su
encarnación anterior, en el Jardín del Edén, es decir, en el mismo
lugar que habitaban los clonados Adán y Eva, la Tierra hueca. Cuando
Jesús decía que debíamos recuperar el Paraíso se refería
precisamente a este lugar. Y también cuando hablaba de que su reino
no era de este mundo (del mundo de la superficie) y que en su reino
el sol no se ponía, la referencia era también a la Tierra
hueca-Jardín del Edén-Paraíso.
Jesús era uno de
los que estaban disgustados con los experimentos de Jehová, que no
solo había clonado a Adán y a Eva, sino que también había creado
seres monstruosos, y por eso decidió encarnar en la superficie para
advertirnos sobre Satanás, que era también uno de los nombres de
Jehová. Reitero: Jehová es Satanás.
Este Maestro esenio
es el verdadero Jesús, no el de la Biblia, que fue inventado. Como
lo hemos dicho muchas veces, la misma crucifixión nunca existió y
la razón de esto era que Jesús estaba protegido por Roma,
especialmente porque formaba parte del grupo de los Esenios, que
tenían las mismas pautas éticas que los emperadores, por lo menos
de las primeras épocas.
También ya hemos
dicho que el mismo Nerón era cristiano, habiéndose inventado que
era un ser monstruoso. Nada que ver. Tiberio y Poncio Pilatos no solo
eran discípulos de Jesús, sino también sus devotos amigos y muchas
veces concurrió a sus banquetes, junto con sus discípulos, invitado
por ellos.
El bulo de la
crucifixión fue inventado bajo la influencia de Jehová para hacer
creer que solo la mansedumbre nos salvará. En otras palabras, que
nuestra conducta debe ser similar a la de las ovejas que van al
matadero: si queremos ir al Paraíso no debemos decir ni “mu”…
perdón, ni “beeee”.
Para reforzar la
idea de que la rebeldía no es el camino de la salvación, se le hizo
decir a Jesús que el que se humilla será ensalzado o que si a uno
le pegan en una mejilla tiene que poner la otra, etc.
No quisiera
extenderme más sobre esto porque esta historia es muy larga y está
expuesta mucho mejor y con la profundidad que muchos gustan en los
links que se indican al pie.
Para los que aún le
queden dudas, les recuerdo las palabras de Leo X (1513-1521) sobre
Jesús para que las mediten: “Cuán bien conocemos qué
superstición más útil ha sido para nosotros esta fábula de
Cristo”.
NOTA ADICIONAL DE
HORACIO VELMONT
Después de subir
esta página al sitio recibí un atinado comentario de Denyse
haciéndome algunas observaciones, especialmente haciéndome notar
que no sería justo meter a todas las religiones en la misma bolsa,
sino a aquellas que, como la Católica, son las que más sojuzgan al
hombre. Es importante, entonces, que este artículo se entienda
dirigida fundamentalmente a las religiones que tienen a Jehová como
el Demiurgo. Hago la salvedad, asimismo, que modifiqué el título
original: “La verdad sobre las religiones” por el que ahora se
exhibe: “La verdad sobre las religiones judeocristianas”, a fin
de adaptarlo a las sugerencias de Denyse, cuyo comentario transcribo
seguidamente.
Hola Horacio: Me ha
parecido muy buena la síntesis que se habla en esta página sobre
Jehová y el Maestro Jesús. Sin embargo, pienso que al mencionarse
solamente a ellos debiera aclararse que específicamente la religión
cristiana actual es un bulo, y no todas las religiones. Si bien
ninguna religión es perfecta, en especial porque se deidifica a los
maestros cuya doctrina enseñan sin haber sido los artífices de
ninguna religión, sino sus seguidores, no todas tienen origen en las
demiúrgicas intenciones de Jehová, ni están tan distorsionadas
como el cristianismo actual. Así que echar abajo a todas las
religiones por igual, sin ni siquiera hablar de las más importantes,
no creo que sea una postura justa. Si hacemos esta aclaración,
podríamos subirla con un título más ajustado al enfoque que se da,
sobre el cristianismo. Me parece mejor que extender el artículo y
entrar a analizar a otros sistemas de creencias sin la debida
profundidad que esto exigiría. Un abrazo. Denyse.
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