lunes, 11 de mayo de 2015

La farsa de las religiones judeo cristianas

UN ENGAÑO PLANETARIO

por Horacio Velmont



El tema de las religiones ha sido debatido hasta el hartazgo y tiene tantos defensores fanáticos como críticos acerbos, pero ninguno de estos grupos antagónicos ha brindado jamás los datos verdaderos sobre ellas como para decidir para un lado o para el otro.

En realidad, más que debates sobre lo positivo o lo negativo de las religiones en general, las discusiones se han centrado en cada una de ellas, sosteniendo los que las defienden, como era lógico, que la verdadera es la que se profesa.

Este debate, que aún continúa, no cae en la cuenta de que ninguna religión es verdadera porque todas parten de bases falsas. Más aún: tampoco existen bases verdaderas, porque las religiones han sido inventadas solo para manipular a las masas.

Para que se entienda lo que queremos decir, las religiones, no importa de cuál se trate, no son más que venta de humo. Por lo tanto, quien defiende a su religión, lo que en realidad está haciendo –sin saberlo, por supuesto, descontamos su buena fe– es defender la venta de humo. Expresado de otra manera, las religiones no son más que una descomunal estafa planetaria. Sinceramente no sé cómo ser más explícito.

Empecemos por examinar a Jehová. Voy a transcribir su biografía, es decir, lo que se tiene de él por verdadero, que no es más que un bulo *)

(*) BULO: “Noticia falsa que se difunde, generalmente para perjudicar a alguien”


“Jehová es el nombre propio empleado en la Biblia para denominar a la deidad suprema de las religiones judeocristianas, o sea Dios.

El antiguo testamento, escrito en hebreo antiguo no usaba vocales: por lo tanto, el nombre con el cual se lo denominaba a Dios era a través de las siguientes consonantes: YHVH, que se pronunciaba como yavé. Cabe destacar que Yavé, Jehová, así como Yahweh, Yahvé, Iehová, Jehovah y Jah , son algunas de las denominaciones más empleadas para designar a Dios.

En tanto, para las religiones judeocristianas, Jehová es el absoluto responsable de la creación, de todo cuanto habita en el mundo y además se ocupa de supervisar todo cuanto acontece en el universo.

Aunque en lo mencionado no se agota la mano de Dios, ya que él en si mismo supone el camino a la salvación y a la vida eterna. Por su enorme amor a los hombres y por su misericordia, Dios hizo que su hijo Jesús se hiciese un hombre de carne y hueso, para así recalar en la tierra y salvar a la humanidad del pecado original. Dios, que es hijo, padre y espíritu santo al mismo tiempo, fue capaz de sufrir el dolor físico más grande con la misión de salvar a todos los hombres del pecado.

Cabe destacar que ha sido el Cristianismo la primera religión monoteísta en concebir a Dios como una especie de observador que se halla por fuera del mundo; Dios nos observa en las alturas y cuando queramos, a través de la oración, es posible entrar en contacto directo con él.

Entre los atributos más destacados que se le atribuyen a Jehová, se cuentan: omnipotencia (poder sin límites, infinito e inagotable), omnipresencia (capacidad de estar presente en todos los lados simultáneamente), omnisciencia (la facultad de saberlo todo o saber todo lo que se necesita saber en un determinado contexto), omnibenevolencia (disponer de buena voluntad en todo), simplicidad divina (Dios no posee partes) y existencia eterna y necesaria.”

Si todo lo que anteceden, como ya advertimos, es falso, la pregunta del millón es: ¿Quién entonces es Jehová?

Jehová es un Primordial, un habitante del Jardín del Edén o Paraíso, o dicho más prosaicamente, de la Tierra hueca. Sí, aquí, en la Tierra hueca, está el famoso Jardín del Edén, no en la superficie.

Los habitantes de la Tierra hueca o del Jardín del Edén son humanos inmortales en el sentido de que su organismo físico perdura indefinidamente. No se trata de un milagro, sino simplemente sucede que los organismos físicos no se deterioran. Incluso la ciencia misma ha dicho que no hay ninguna razón científica válida por la que los organismos físicos deban deteriorarse.

Pero entendámonos, como espíritus los seres humanos somos inmortales, pero aquí estamos hablando del organismo físico. El hecho de que nuestro promedio de vida actual sea alrededor de 70 años tiene un responsable: Jehová, que nos limitó la existencia en el plano físico con la idea egoica de que no seamos como él.



¿Entonces Jehová creó a Adán y Eva como se dice? La respuesta es que no, no los creó, sino que los clonó. Cuando hablamos de clonación, ya todos sabemos de qué se trata. Ésta es la verdad de la “creación” de Adán y Eva, es decir, el origen de la raza humana. El hecho de que las religiones hayan tomado a Jehová por el Creador no fue más que una astucia de este ser degradado para manipularnos.

Adán y Eva no estaban conformes con muchas cosas de Jehová y se rebelaron. Para comprender esto imaginemos a un científico genetista que clona de sí mismo a un hombre y una mujer y luego éstos se rebelan contra él por el motivo que sea y entonces éste los echa de su casa. Tal cual es lo que sucedió con Jehová y Adán y Eva. Lo estoy explicando de la manera más simple posible para que lo puedan entender todos. Repito, entonces, que hay que hablar de clonación y no de creación. Y también repito que la falsa idea de que Jehová es el Creador fue influida por el mismo Jehová.

Voy a dar un ejemplo claro para que se entienda mejor esta cuestión. Imaginemos un pastor que sea un científico genetista, experto en clonación. De pronto se le ocurre clonar ovejas capaces de pensar como él. Naturalmente que no las clonará exactamente cómo él, no vaya a ser que después lo pasen por encima. Entonces hace una clonación defectuosa, y eso es lo que hizo Jehová con nosotros, y por eso no somos inmortales como él, ni tampoco tan inteligentes ni tan pillos. Si fuéramos tan inteligentes y tan pillos como Jehová no estaríamos en la situación de rebaño en la que estamos. No sé cómo ser más explícito sobre esto.

Los habitantes del Jardín del Edén, hermanos –para decirlo de alguna manera– de Jehová, estaban disgustados con los experimentos que estaba haciendo y finalmente terminaron por echarlo, es decir, lo enviaron a la superficie.

El problema con Jehová consiste en que como es un ser degradado que fue presa del ego y quiso ser Dios, en lugar de alimentarse de las energías del verdadero Creador se nutre de las emociones humanas: dolor, miedo, angustia, etc.


Para obtener estas emociones a mano tomó bajo su “protección” al pueblo hebreo y todos sabemos de los sacrificios de animales e incluso de humanos que le ordenó hacer. También sabemos cómo los hacía masacrar pueblos, donde no perdonaban ni a los niños ni a las mujeres embarazadas. Todo para obtener su “alimento”. Esto es historia, de modo que no tengo que explicar nada más.

No solo Jehová obtiene –obsérvese que no digo “obtenía”– su alimento de estos sacrificios, sino también de los conflictos, tanto a nivel doméstico como mediante las guerras que conocemos. Todos ellos son provocados por Jehová. Y éste es el “Dios” que adoran de las religiones, no importa como lo llamen.

Es bastante sugestivo el hecho de que hayamos tardado tanto en darnos cuenta del engaño, de que éste “dios celoso” no es más que un aprovechador. ¿Cómo un dios que se supone debe ser todo amor por sus criaturas nos puede ordenar, como si fuera algo excelso, sacrificar cruelmente tanto animales como seres humanos?

La religión, por lo tanto, no fue más que un invento de Jehová para lograr que los seres humanos hagan su voluntad sin protestar. Para Jehová nosotros no somos más que un rebaño de ovejas que hay que utilizar.



Ahora es el momento de presentar a Jesús. Este maestro esenio habitaba, en su encarnación anterior, en el Jardín del Edén, es decir, en el mismo lugar que habitaban los clonados Adán y Eva, la Tierra hueca. Cuando Jesús decía que debíamos recuperar el Paraíso se refería precisamente a este lugar. Y también cuando hablaba de que su reino no era de este mundo (del mundo de la superficie) y que en su reino el sol no se ponía, la referencia era también a la Tierra hueca-Jardín del Edén-Paraíso.

Jesús era uno de los que estaban disgustados con los experimentos de Jehová, que no solo había clonado a Adán y a Eva, sino que también había creado seres monstruosos, y por eso decidió encarnar en la superficie para advertirnos sobre Satanás, que era también uno de los nombres de Jehová. Reitero: Jehová es Satanás.

Este Maestro esenio es el verdadero Jesús, no el de la Biblia, que fue inventado. Como lo hemos dicho muchas veces, la misma crucifixión nunca existió y la razón de esto era que Jesús estaba protegido por Roma, especialmente porque formaba parte del grupo de los Esenios, que tenían las mismas pautas éticas que los emperadores, por lo menos de las primeras épocas.

También ya hemos dicho que el mismo Nerón era cristiano, habiéndose inventado que era un ser monstruoso. Nada que ver. Tiberio y Poncio Pilatos no solo eran discípulos de Jesús, sino también sus devotos amigos y muchas veces concurrió a sus banquetes, junto con sus discípulos, invitado por ellos.

El bulo de la crucifixión fue inventado bajo la influencia de Jehová para hacer creer que solo la mansedumbre nos salvará. En otras palabras, que nuestra conducta debe ser similar a la de las ovejas que van al matadero: si queremos ir al Paraíso no debemos decir ni “mu”… perdón, ni “beeee”.

Para reforzar la idea de que la rebeldía no es el camino de la salvación, se le hizo decir a Jesús que el que se humilla será ensalzado o que si a uno le pegan en una mejilla tiene que poner la otra, etc.

No quisiera extenderme más sobre esto porque esta historia es muy larga y está expuesta mucho mejor y con la profundidad que muchos gustan en los links que se indican al pie.

Para los que aún le queden dudas, les recuerdo las palabras de Leo X (1513-1521) sobre Jesús para que las mediten: “Cuán bien conocemos qué superstición más útil ha sido para nosotros esta fábula de Cristo”.

NOTA ADICIONAL DE HORACIO VELMONT

Después de subir esta página al sitio recibí un atinado comentario de Denyse haciéndome algunas observaciones, especialmente haciéndome notar que no sería justo meter a todas las religiones en la misma bolsa, sino a aquellas que, como la Católica, son las que más sojuzgan al hombre. Es importante, entonces, que este artículo se entienda dirigida fundamentalmente a las religiones que tienen a Jehová como el Demiurgo. Hago la salvedad, asimismo, que modifiqué el título original: “La verdad sobre las religiones” por el que ahora se exhibe: “La verdad sobre las religiones judeocristianas”, a fin de adaptarlo a las sugerencias de Denyse, cuyo comentario transcribo seguidamente.


Hola Horacio: Me ha parecido muy buena la síntesis que se habla en esta página sobre Jehová y el Maestro Jesús. Sin embargo, pienso que al mencionarse solamente a ellos debiera aclararse que específicamente la religión cristiana actual es un bulo, y no todas las religiones. Si bien ninguna religión es perfecta, en especial porque se deidifica a los maestros cuya doctrina enseñan sin haber sido los artífices de ninguna religión, sino sus seguidores, no todas tienen origen en las demiúrgicas intenciones de Jehová, ni están tan distorsionadas como el cristianismo actual. Así que echar abajo a todas las religiones por igual, sin ni siquiera hablar de las más importantes, no creo que sea una postura justa. Si hacemos esta aclaración, podríamos subirla con un título más ajustado al enfoque que se da, sobre el cristianismo. Me parece mejor que extender el artículo y entrar a analizar a otros sistemas de creencias sin la debida profundidad que esto exigiría. Un abrazo. Denyse.

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