miércoles, 5 de agosto de 2015

El misterio del faro de Eilean Mor

LA VERDAD SIEMPRE ES SIMPLE

por Horacio Velmont



Como todos saben, llevo muchos años tratando de descifrar los misterios que nos rodean, y en base a mi experiencia puedo aseverar que la solución es siempre muy simple y por eso no se la ve o no se la imagina.

Muchas veces lo hemos dicho: el misterio surge cuando no hay información y como la tendencia de los seres humanos es llenar el vacío, nunca lo hacemos conjeturando lo más simple o lo más obvio, sino que buscamos lo complicado. Y allí fallamos.

Yo desafío a cualquiera a que me demuestre que los misterios que hemos develado eran realmente “misteriosos”. Como se podrá ver, todos, absolutamente todos, eran muy simples.

Y siempre es bueno traer a colación los trucos de los ilusionistas, que cuando no se sabe cómo los hacen el público siempre piensa en algo mágico, en poderes sobrenaturales

                                                               Edgar Allan Poe


Edgar Allan Poe

Resumen de [La Carta Robada] Edgar Allan Poe

Esa tendencia que tenemos todos los seres humanos de no ver lo obvio fue puesta de relieve por ese genio del suspenso que fue Edgar Allan Poe. Me refiero al capítulo titulado “La carta robada”.

La Carta Robada, es un cuento de género policial, su historia transcurre en París en los años 1800.
Un prefecto de la policía recurre al detective Dupin y a su amigo, el narrador, con el objetivo de resolver el caso de una carta robada en las cámaras reales, la cual el ladrón usa para obtener poder sobre él con fines políticos.
El sospechoso, es el Ministro D, el cual fue visto por la víctima robando la carta.
El prefecto procede a realizar una serie de allanamientos en la mansión del ministro D, inspeccionado con microscopio cada rincón, mueble y objeto posible de la casa donde la carta podría haber sido escondida, pero fueron en vano.
Sin saber más que hacer o donde buscar, el Prefecto vuelve por la ayuda de Dupin, ofreciéndole una gran recompensa por resolver el caso. Dupin acepta, para entregarle la carta que él ya había recuperado por sus propios medios, utilizando procedimientos más simples que los del prefecto. Dupin se puso en lugar del sospechoso, lo analizó, y dedujo que éste no seria capaz de esconderla en lugares donde posiblemente la policía podría revisar, sino en el sitio más simple y visible.

La carta, pues, estaba en el lugar que a nadie se le podía imaginar que había sido escondida: a la vista de todos.

Veamos ahora el misterio del faro de Eilean Mor.



Al oeste de Escocia se encuentra un conjunto de islas conocidas como Flannans, la mayor de ellas, la isla Eilaean Mor, se encuentra en un trecho muy traicionero para los que navegan el mar del norte, en especial cuando las tormentas agitaban el mar y la niebla dificultaba la visión. Para ayudar a los marineros, en ella se instaló un faro en el año 1899. Hoy día ese faro sigue siendo el escenario de una misteriosa desaparición.
En el año 1900 las únicas personas en la isla eran los tres guardianes del faro. Un día después de Navidad, un barco cargado de suministros para isla llegó a la costa, y para sorpresa de la tripulación nadie salió a recibirlos en el muelle.
Luego de haber disparado una bengala y haber tocado la bocina del barco todavía no había ninguna señal de vida en la isla, así que una persona fue enviada a investigar.
Joseph Moore, a quien se le encargó ir a revisar el faro, afirmó que al llegar la puerta estaba sin llave. Una vez adentro notó que dos de los chalecos salvavidas que normalmente estaban en la entrada habían desaparecido. Al llegar a la cocina vio los restos de una comida y una silla en el piso, incluso el reloj había dejado de funcionar y ninguno de los guardianes del faro estaba por ahí.
Tras una investigación se descubrió la bitácora del faro. El 12 de diciembre uno de los guardianes, Thomas Marshall, escribió que la isla fue golpeada por vientos muy fuertes, más fuertes de lo que él había experimentado alguna vez en su vida y aunque el faro era lo suficientemente fuerte para soportarlo, James Ducat, otro de los guardianes, se encontraba muy callado mientras que el otro, William McArthur había estado llorando del pánico.
Otros escritos decían que la tormenta continuó por varios días y que los hombres habían empezado a rezar por sus vidas. La última entrada a la bitácora decía: “La tormenta terminó, el mar está calmado. Dios está sobre nosotros”. Eso es lo último que se sabe de los habitantes del faro.
Aunque el faro era visible desde la isla cercana de Lewis, ninguna tormenta se reportó en el área durante los días anotados en la bitácora y hasta ahora, el misterio de lo que pasó con los guardianes permanece.

Antes de develar el misterio debo confesar que a mí también me caben las generales de la ley, por lo que antes de consultar el caso con los profesores del Grupo Ruanel yo suponía que se había tratado de una abducción extraterrestre… (esa manía que uno siempre tiene de eludir las soluciones simples…).

Sobre el caso, Daniel fue muy escueto: “Sobre este tema, creo que se le dio mucha importancia, ahi esos tres se ahogaron, hubo tormenta, discutieron entre ellos y estaban borrachos, el tercero murió queriendo salvar a los otros dos, es simple…”.


Desde ya que algunos investigadores supusieron en un primer momento que cayeron al mar a causa de la tormenta, pero de inmediato desecharon la idea en razón de que en el lugar había muchos salvavidas y sogas para agarrarse. Pero no tuvieron en cuenta algo realmente simple: estaban borrachos.

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