Hemos querido
compartir con nuestros lectores, este apartado extraído de “La
Biblia III Testamento de todos los tiempos”, donde se explica
ampliadamente los temas de la vida intraterrena y la creación del
Reino Humano en nuestro planeta, con el fin de que queden aclarados y
sirvan de base a comentarios y otros temas tratados en este blog:
“El verdadero
lugar para el desarrollo de la vida es el interior de los planetas y
no su superficie exterior. La Tierra tiene la condición de albergar
vida en su exterior porque sólo tiene un tercio más de gravedad, y
temperaturas que varían entre -80º y +50º centígrados, lo que
permite el desarrollo del Reino Vegetal, y por lo tanto del Reino
humano. Pero las condiciones de vida no son las perfectas, sirviendo
este planeta –en su superficie externa– como cárcel para los
individuos que atentan contra la perfección natural en este sistema
solar.
Tal es el caso del
Demiurgo, que siendo un hombre primigenio e inmortal degeneró al
Reino animal –naturalmente constituido por unas pocas especies– y
creó al Sub-Reino Homo mortalis mediante sucesivos experimentos
genéticos. Ésa es la razón por la cual esta civilización se halla
solitaria y desconocedora de las comunidades intra y
extraplanetarias.
El Jardín del Edén
-o sea la superficie interna del planeta-, estaba habitada solamente
por los Hombres Primigenios y por los Reinos Mineral, Vegetal y
Animal. Todo ello era Perfecto. No podría decirse que era “bueno”
porque no existía lo malo, aunque todos sabían lo que era correcto
hacer, sin aceptar que se hiciera de otra manera que no fuese la
Perfecta.
Nada podía hacerse
de otra manera que no fuese la Perfecta, porque la imperfección era
conocida como la opción no deseada. El rechazo a lo que pudiera
significar salirse de la Perfección, era tan instintivo como el
temor del niño ante el abismo. No necesita arrojarse a él para
saber lo que le ocurrirá si lo hace. Así los Hombres sabían que si
alteraban el Orden Perfecto de la creación del Logos del Mundo y sus
cuatro ángeles, perderían esa vida perfecta y feliz que venían
gozando desde que eran cristales minerales, cuando un soplo de
conciencia atómica les hizo existir como individualidades.
Sabían que desde
que comenzaron a Ser, regidos por la influencia del Auténtico
Creador del Hombre, que es el Logos del Mundo, lo único que debían
hacer para evolucionar en la felicidad perfecta era mantener el
equilibrio perfecto dentro de sí mismos. Ese perfecto equilibrio
entre sus tres manifestaciones: (SER = AMOR, CONCIENCIA =
INTELIGENCIA Y VOLUNTAD = PODER). De ese modo, evolucionaron formando
los más maravillosos y perfectos cristales, hasta dejar esa materia
de tan largos, simples y lentos ritmos, para organizar una estructura
más compleja, adecuada a los requerimientos creativos de un YO más
capaz, más consciente.
Para esto el Logos
del Mundo y sus cuatro ángeles ya les habían dado una enorme
variedad de opciones para Ser en unos organismos más complejos,
donde pudieran expresar más completamente su mayor cantidad de Amor,
Inteligencia y Poder.
Siguiendo los planos
etéricos hechos por el Logos, los Yoes formaron el Reino Vegetal,
donde las opciones eran mucho más diversas que las del Reino
Mineral, permitiendo una mayor cantidad de expresiones creativas a
cada Ego evolucionante. Así se establecieron ciclos mucho más
cortos que eran de unos diez mil años, poco más o menos. De las
mezclas minerales primigenias surgieron formas de pequeñas
“serpientes de vida” en cadenas de átomos, que originaron el
Árbol de la Vida. Este es en realidad un sistema informático, como
un sistema organizador de los átomos, de tal modo que una parte de
un cuerpo –por ejemplo una célula– contiene toda la información
de cómo está constituido todo el cuerpo. Este Árbol de la Vida
está formado principalmente por átomos de Carbono, Hidrógeno,
Nitrógeno y Oxígeno, que forman moléculas (conjuntos atómicos
ordenados) con forma de espirales o serpentinas.
Pero esta
organización no se produce por casualidad, sino por dirección
inteligente y planificada de una Conciencia Excelsa, que es el Logos
Planetario, es decir el “Yo” del Planeta, puesto que cada mundo
es una célula del Cuerpo de Dios que llamamos Universo. El Logos
fabricó primeramente setenta clases de cristales para que los
incipientes Yoes comenzaran el largo y glorioso camino de la
Evolución.
El Árbol de la Vida
permitió la formación de los Reinos Vegetal, Animal y Humano. En el
principio, el Logos hizo setenta clases de vegetales menores
parecidos al pasto, para que la tierra se hiciera blanda, y luego
diseñó setenta clases de árboles, y cada uno con diferentes y
maravillosos frutos.
Cuando éstos fueron
plenos sabedores de todo lo que su naturaleza implica, el Logos les
diseñó unos cuerpos de pez, siendo de setenta clases diferentes,
para que aprendieran a moverse en el agua y desarrollaran la
experiencia de los sentidos. Ninguno comía a sus semejantes, sino
que comían los frutos de los vegetales que crecían en el agua.
Cuando estuvieron
experimentados en su naturaleza, gozando de la Perfección en ese
Reino, saltaron a otro diseño más complejo que les permitió
caminar o volar, habiendo sobre la tierra solamente siete clases de
animales perfectos que eran Búfalo, Mamut, León, Águila, Lobo,
Abeja y Gacela. Ninguno de ellos molestaba a los otros, y todos
comían frutos de los árboles.No existían seres carnívoros.
ACLARACIÓN: Los
Reinos Naturales son producto de la evolución cósmica, pero son
“creados” o generados en base a un PATRÓN CREACIONAL impartido
por la Jerarquía de Logos, acorde y con adaptación a las
condiciones particulares que cada sistema planetario y cada planeta
puedan producir. En otros sistemas solares, otras galaxias y otros
planos universales, las formas de vida pueden ser enormemente
diferentes en lo físico, y los Reinos muy diversos en su modo de
expresión. Pero el Patrón Creacional Absoluto está dado en la
Tábula Máxima Hiperbórea. (Libro Tercero). Es decir que todos los
Reinos del Universo, responden a las mismas Leyes, aunque los cuerpos
de los seres sean infinitamente diversos. Por lo tanto hallaremos en
el Cosmos, analogías equivalentes a un mismo nivel de conciencia.
Podemos compararnos con un “hombre” de otra galaxia, cuyo cuerpo
sea más parecido a un árbol o a un pulpo, pero será “hombre”,
en tanto y en cuanto su nivel de conciencia sea equivalente al
nuestro.
LA CREACIÓN DEL
HOMBRE
El Ser Inefable que
es Hermano Mayor y Padre Creador de los Hombres, es un Logos como el
que habita en el corazón interno de todos los mundos, en el sol que
es Dios hecho Mundo y que desde antiguo es llamado “Pacha”. El es
un Logos Creador, que recibe la Luz Invisible y la Luz Visible del
Sol Padre de Mundos, llamado “Ra”. Ra, a su vez, recibe todas las
luces etéricas del Sol Sirio, el que las recibe del Logos de la
Galaxia, y así sucesivamente.
Estos Logos, que son
fuentes de Luz Perfecta, solamente crean cosas y Seres perfectos,
porque son Dios hecho Galaxia, Dios hecho Estrella y Dios hecho
Mundo. Todos los Seres que ellos crean son manifestaciones perfectas
de la Divinidad, a imagen y semejanza de Dios porque son dioses
individuales.
En los planetas que
se crearon con la paternidad de Ra, los Logos de cada mundo hicieron
creaciones similares, porque recibieron iguales inspiraciones. El
Aliento Solar (viento magnético de elevadísima vibración etérica)
define patrones o moldes de creatividad, inspirados a su vez en el
Aliento de Sirio, y así sucesivamente.
Como producto de
esta Jerarquía Gloriosa surgió la Creación del Hombre. El Hombre
fue creado Perfecto. Todo lo sabe porque puede extender su vista más
allá de las montañas y hasta el fondo de los mares. Aún viviendo
adentro del planeta puede ver las cosas de afuera, o sea de la cara
que da al abismo. Cuando crece y se desarrolla su Espíritu Divino,
le es posible dejar su cuerpo de tierra (material) y con su cuerpo de
Vraja Rojo (cuerpo astral desarrollado) puede viajar por todo el
mundo e ir a otros mundos si lo desea, para conocer y maravillarse de
la Creación del Absoluto.
Cuatro Maha Chohanes
o “Grandes Ángeles” se unen en cada planeta para crear a las
criaturas: Uno es el CREADOR, cuyo Rayo Especial es el Dorado de la
Inteligencia. Este es el diseñador de la criatura. Otro es el
FORMADOR cuyo Rayo Especial es el Rojo del Amor y éste le da armonía
y coherencia a la criatura, sembrando en ella la esencia del Ser.
Otro es el
REALIZADOR, cuyo Rayo es el Azul del Divino Poder de la Voluntad, que
imprime en el éter del mundo los atributos diseñados por el Creador
y la calidad otorgada por el Formador, haciendo la Magia de la
Precipitación por los elementos, generando el PUNTO ALEPH, sobre el
cual el Cuarto Ángel aparece, llamado “YO SOY”, se difunde y
genera la Vibración Primera o el Ojo de Shiva, que es la Conciencia,
y el Ojo de Mithra que es su reflejo mental (la pantalla mental en
que se ven los propios pensamientos). Su Rayo es el Blanco de la
Verdad. El Punto Aleph se diversifica en millones de Egos o
Individualidades. Los Cuatro Ángeles no son Seres individuales, sino
modalidades vibratorias propias del Logos. En todos los Seres existe
una analogía de ellos. En el Humano, los cuatro ángeles son:
Sentimiento, Pensamiento, Palabra y Acto.
Todo ello es guiado
por el Logos del Mundo, cuya regencia es Perfección sobre la
Perfección.
La criatura Hombre
es Creación Perfecta, como todas las demás criaturas del Logos, por
lo tanto es un Dios Individual envasado en un Cuerpo Perfecto para
disfrutar de ese modo específico su propia EXISTENCIA FELIZ, como
Dios viviente y como Príncipe del Absoluto. Su destino es -como el
de todas las criaturas- evolucionar hacia estados cada vez más
Gloriosos dentro de la Creación Absoluta, siendo Hombre por tanto
tiempo como lo desee, sin morir mientras quiera seguir siendo Hombre,
con potestad sobre los minerales pero sin dañar el orden planetario.
Asimismo el Logos le
ha dado potestad sobre los vegetales, para que cuidándolos, reciba
de ellos los innumerables frutos que han de hacer de su sustento
vital una delicia más. Antes de hacer al Hombre, los Maha Chohanes
hicieron al Reino Vegetal, y lo hicieron Perfecto; y al Reino Animal,
y Perfecto lo hicieron para que luego sean Hombres, según
inspiración de la Divina Jerarquía Solar.
EL ÁRBOL DE LA VIDA
Las cadenas de
átomos en forma de serpientes hicieron posible al Logos diseñar
cuerpos biológicos llamados “semillas”, capaces de generar un
ÁRBOL, que en el idioma intraterreno se llama Igg Drassil, o sea “El
Primer Ser que Siente”. Estos árboles daban frutos con más
semillas, con toda la información para que se vuelvan a hacer más
árboles, dando mucho excedente biológico, como para nutrir a una
criatura diferente, que sería el mismo Yo árbol una vez cumplido su
ciclo como tal.
Cuando todo esto
estaba en perfecta realización, los árboles llegaban a una altura
de más de diez estadios, como queriendo alcanzar la inefable corola
de Luz del Logos. Los Seres que eran, en esos cuerpos de árbol,
adquirían así la experiencia excelsa de “sentir” profundamente,
creando un cuerpo de agua alquímica, formada con las vibraciones
maravillosas del Amor hacia el Logos que los había creado Perfectos
como “YO Existente”, en cuerpos de árbol perfecto. Ese cuerpo de
agua alquímica es éter vibrando en relación de atracción de las
cosas que la Voluntad desee, y en respuesta idéntica a las
vibraciones de los otros seres. Eso es lo que llamamos emoción, así
que ese cuerpo se llama “emocional” o “astral” y sus
funciones son: responder a los sentimientos de amor de los otros
seres, emitir sentimientos de amor hacia los otros seres, lo que a su
vez produce una vibración más rápida en los átomos de la materia
de ese mismo cuerpo, despertando la Inteligencia Divina que existe en
ellos. Con ello se forma una mayor Conciencia que es exactamente
proporcional a una mayor Voluntad para hacer cosas perfectas y
felices.
Luego los árboles
hicieron tan perfecta su existencia y la gozaron tan gloriosamente,
que decidieron perpetuarse en el mundo, y esos Yoes quisieron ser
criaturas más completas, para expresar un amor mayor aún, y de una
manera más excelsa todavía. No más perfecta, pues perfectos eran
desde que existían.
Así los cuerpos
emocionales de los árboles fueron tomando la forma que el Logos
había previsto como criaturas Animales, cuyas formas no precisarán
estar en un sólo lugar. El Logos imaginó luego al Hombre con un
cuerpo tan glorioso, repartiendo su Amor más intensamente y en mayor
espacio, y para que pudiese ser menos limitado aún que el Animal, y
para que anduviese también por otros mundos llevando el mensaje de
Amor del Logos Pacha-Mama.
Pero la mayoría de
los árboles, que ya habían formado sus cuerpos de agua alquímica,
o sea luz astral, con forma de Hombre, abandonaron sus gigantes
cuerpos, dejando una gran cantidad de madera para luego utilizarla
ellos mismos, siendo Hombres, sin necesidad de pasar por el Reino
Animal. Así muy pocos fueron los animales, pero fueron Perfectos e
inteligentes como los Hombres, tanto la Abeja como los demás. Las
siete clases de animales sólo se multiplicaban lo suficiente como
para mantener una cantidad que fuese buena a fin de mantener un
equilibrio y beneficio para el Reino Vegetal, puesto que de él
dependen las demás criaturas.
EL HOMBRE PRIMIGENIO
Merced al deseo de
los árboles, intervino el Logos del Mundo para formar al Hombre con
el agua alquímica llamada luz astral, porque es amor puro proyectado
en el plano de la idea. Para darle consistencia en el mundo de la
forma y la materia, con los elementos de la tierra, formó una
serpiente maravillosa a la que enroscó en el árbol de la vida. O
sea que el árbol genético con que había establecido el Reino de
los Arboles, fue completado con otro conjunto de átomos enrollados
en él, pero más finamente elaborado, con partículas más pequeñas
de átomos más evolucionados.
Por ello se dice que
el Hombre fue creado de barro. Luz astral que es maleable porque es
agua alquímica, y los elementos de la tierra que son átomos de
materia densa. Y por eso se habla del Árbol de la Vida del Paraíso
y de la serpiente que habita en él, pues dicha serpiente resulta ser
la estructura genética del cuerpo físico, del mental y del cuerpo
vital, que encierran a su vez, dentro de sí, las condiciones para
que el Hombre se convierta en una Creación Mayor aún, que es el
Kristos.
Con un acto de
Voluntad del Logos del Mundo, el Hombre fue creado de esa mezcla
perfecta de agua y tierra alquímicas, para que el YO, que había
pasado por la experiencia maravillosa de ser cristal y de ser árbol,
y algunos, de ser Animal, viviese ahora como Ser Humano, que
significa “venido del humus”, porque de barro fue hecho. Así
como fue hecho de agua y tierra alquímicas, la tierra y el agua
material hicieron el caldo primigenio donde las pequeñísimas
“serpientes de vida” generaron huevos primigenios. Estos huevos
originaron a los primeros hombres, que eran varones unos, y hembras
otros; y teniendo sexo para multiplicarse no necesitó más el Logos,
del lento proceso de formación de huevos.
Así este Hombre
Primigenio, al igual que los árboles y animales, fue creado en dos
versiones, respetando la Ley de Generación: Macho y Hembra fueron
creados, para que al juntarse dos de género opuesto, realicen la
Gran Obra Alquímica Prodigiosa de Amor, llamada Filosofal porque es
“a fuerza de Amor”.
De ese modo Macho y
Hembra producen la más completa obra de Amor Humano, al juntar sus
almas y cuerpos en puro y excelso Amor. Con ello se despierta el
esquema genético dormido, la serpiente en el árbol de la vida, y la
energía del Yo Divino -que la extrae a su vez del Universo Absoluto
y de su experiencia- nutre al cuerpo de la Criatura Eterna, que es
llamada Kristos. Es decir que forma su propio cuerpo en el Reino
Natural siguiente, del mismo modo que el árbol forma su Cuerpo
Humano en el plano magnético astral, para luego nacer Humano.
El ciclo de vida del
Hombre Primigenio dura más de cinco mil años, pero siempre hace su
obra en menos tiempo. Como todas las criaturas del Logos, el Hombre
es perfecto y el destino de su Yo, es Excelso, porque va eternamente
hacia estados cada vez más Gloriosos y Sublimes, por un camino de
felicidad perfecta desde su mismísimo origen.
Así es en el
Paraíso, donde están en perfecto equilibrio los Principios y Leyes
del Absoluto, por intermedio de los Logos. Igual es en todos los
mundos de la Infinita Creación, donde en los diferentes Planos
Universales, cada Gran Atractor, generador de innumerables galaxias,
crea según su gusto y preferencia, siempre en Perfección Absoluta
para Gloria de Todos los Seres que existen dentro del Absoluto y
Eterno Ser.
Si un Hombre
Primigenio muere –cosa que sólo acontece por accidente muy
excepcionalmente– ese YO, que ha formado en su experiencia una
Mente Superior o Alma, vuelve a nacer, forma un nuevo cuerpo perfecto
para hacer su normal proceso de Ascensión al Reino Krístico. Y si
acaso prefiriese mantenerse gozando de ser hombre un tiempo más,
puede hacerlo hasta que le llega el Gran Cansancio, en el que no
puede seguir siendo hombre con ese cuerpo. En tal caso muere y debe
nacer otra vez. Pero esto tampoco es lo normal, sino excepcional.
(Como se verá más
adelante, la principal excepción está dada en los Guerreros de la
Luz, y por motivos especiales)
Los Hombres
Primigenios sienten un gran placer en el Amor hacia todas las cosas,
pero el Amor entre Macho y Hembra es la máxima experiencia.
Sin embargo, tiene
en su naturaleza perfecta un mecanismo que lo hace sentir muy mal
cuando arroja fuera de su cuerpo el Agua de Vida en que nada la
Serpiente Kundalini, porque de ella debe nutrirse para formar el
Cuerpo Krístico.
[El Agua de Vida es
el líquido seminal del varón o el flujo orgásmico de la mujer, que
es energía espíritu densificada, y la Serpiente Kundalini es la
corriente que ella forma al subir por la columna vertebral cuando no
se arroja en el orgasmo. Contiene al espermatozoide que actúa como
mitad de una semilla, pero éste es transmutado en Agua de Vida si no
se desperdicia. En la Hembra el flujo orgásmico es también
transmutado (la necesidad de orgasmo es psicológica y puede
eliminarse sin dejar de gozar del sexo). Para engendrar hijos no es
necesario derramar el Agua Vital. Basta uno solo de los miles de
espermas que escapan sin necesidad de orgasmo. Todo esto es válido
para el Hombre Primigenio como para el Hombre mortal.
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