EL CASO DE LAS
ASCENSIONES INCOMPLETAS
Por Horacio Velmont
Se utiliza el
término “combustión espontánea humana”, según lo explica
Wikipedia, para describir los supuestos casos de incineración de
personas vivas sin una fuente externa de ignición aparente. Aunque
existen multitud de hipótesis sobre la combustión espontánea, la
posición mayoritaria es de escepticismo sobre la propia existencia
del fenómeno. Los defensores de la existencia de este fenómeno
contabilizan alrededor de 200 casos desde el siglo XVIII. Sin
embargo, en la mayoría de los casos apenas hubo una investigación
sobre las circunstancias que lo rodearon, y muchos de ellos se basan
en testimonios de segunda o tercera mano y se carece de datos tan
básicos como el nombre de la víctima o la fecha del incidente. Los
defensores de la existencia del fenómeno han discrepado durante años
sobre la posible causa del fenómeno; recientemente algunos han
propuesto como razón más probable de su ocurrencia el inicio de un
fuego no espontáneo con efecto mecha.
Como surge
claramente de esta explicación, la ciencia está tan alejada de la
verdad sobre el por qué de pronto alguien se incendia al punto de
quedar reducido a cenizas en segundos, dejando solo partes de su
cuerpo, como un piojo de la comprensión de la teoría de la
relatividad.
El punto es que este
fenómeno está relacionado, y únicamente con él, con la Ascensión
al Reino Crístico, lugar espiritual al que finalmente todos, más
tarde o más temprano, ascenderemos.
El hecho de que
queden partes del cuerpo, es decir que no haya habido una combustión
total, está indicando que por alguna razón no pudo ser completada.
No podemos menos de
mencionar al Sudario de Turín, que es falso en cuanto se le atribuye
a Jesús, pero que es verdadero en cuanto a que se trató de un caso
de Ascensión, o si se quiere, de combustión espontánea.
Son esclarecedoras
las explicaciones que nos dio sobre este asunto la profesora Denyse
Gómez, que forma parte del Grupo Ruanel junto con su director el
profesor Daniel Asamuya:
El Sudario de Turín,
que supuestamente envolvió el cuerpo de Jesús, realmente no tiene
ninguna relación con el Maestro, pues perteneció a un seguidor más
reciente que a pesar de tener influencias cristianas distorsionadas
alcanzó la Ascensión, y la figura formada corresponde al “reflejo
fotográfico” de su cuerpo que se impregnó en la tela por la
irradiación que emitió al momento de dicha transfiguración.
Es importante
aclarar que existen miles de sudarios verdaderos procedentes de
diferentes ascendidos, por lo que hay que descartar la mentira del
catolicismo de que se trata de falsificaciones.
Otra de las
cuestiones importantes es la eliminación de la idea, ya que es un
preconcepto, que asocia al sudario con la muerte y resurrección de
Cristo y no a su Ascensión.
En este sentido, me
refiero a la supuesta cricifixión de Jesús, hay tener en cuenta que
el Maestro tenía relaciones amistosas con Roma, y cuando se presentó
ante Pilatos fue por invitación suya, lo cual hacía prácticamente
imposible una intervención negativa por parte de los romanos en su
contra.
No hay mucho más
para explicar sobre la combustión espontánea y sí sobre el
fenómeno de la Ascensión con el que está relacionada.
Para quien desee profundizar sobre
este interesante tema puede acudir a este link: La trampa de la reencarnación
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