UNA VERDAD FRUSTRANTE
La montaña de
Montserrat desde tiempos remotos ha sido considerada un enclave
mágico y extraño donde se han producido numerosas desapariciones y
avistamientos de OVNI’s. Desde hace unos 50 años numerosas
personas que se adentraron en esta montaña desaparecieron sin dejar
rastro. La gente de la zona afirma que las desapariciones de producen
casi semanalmente.
Montserrat se
encuentra a 50 kilómetros al noroeste de Barcelona entre Anoia, del
Bajo Llobregat y del Bages. Tiene una altura de 1.236 metros, 10
kilómetros de largo y 5 de ancho. Está considerada la montaña más
significativa de Cataluña y al año entre turistas y escaladores
vienen más de dos millones y medio de personas.
Se dice que la
montaña por dentro es hueca, albergando en su interior un lago
subterráneo. No se ha podido verificar la existencia de este lago de
momento ya que el acceso al interior de la montaña es prácticamente
imposible y el temor por todas las desapariciones en la zona también
ocasiona que muchas personas no quieran ni intentar entrar.
Como muchas veces lo
he dicho, los misterios tienen magia mientras no se los devele,
porque son muy parecidos a los trucos de los magos, que cuando uno
sabe la verdad no puede menos que exclamar: “¿Era solo eso?”.
¿Qué magia puede
quedar después que sabemos que David Copperfield vuela colgado de
finísimos alambres o que la traslación que hace de su cuerpo y de
su partenaire se logra mediante la utilización de dobles? ¿O que
cuando se lo serrucha al medio simplemente hay un colaborador que
presta su torso y sus piernas para la ilusión? ¿Acaso no queda uno
frustrado?
Algo parecido es lo
que me ha sucedido a mí con el supuesto misterio de la montaña de
Monserrat, que con solo mirarla uno no puede menos que pensar que
esconde un misterio muy grande, y más con las desapariciones que se
producen en el lugar, en algunos casos aparentemente muy extrañas.
Antes de saber la
verdad yo pensé, como muchos, que la montaña era hueca y que allí
trabajaban seres extraños haciendo vaya uno a saber qué
experimentos tenebrosos con los seres humanos que se aventuraban en
ella.
Consultado el caso
con los profesores del Grupo Ruanel, la respuesta de Daniel fue que
no podía percibir nada extraño en dicha montaña, lo que
significaba que la montaña de Monserrat era simplemente una montaña
como cualquier otra, salvo por su aspecto imponente y quizás
tenebroso que hacía pensar erróneamente que algo oscuro escondía.
Daniel fue muy
categórico al decirme: “NO le percibo nada raro, concuerdo con
este párrafo: “Las personas que tienen más orientación logran
encontrar el camino de vuelta, otros con menos suerte acaban
desapareciendo y sus cuerpos son encontrados años después. En esta
montaña existen lugares en los que a simple vista el acceso parece
fácil pero a la hora de salir es imposible si no llevas encima un
equipo adecuado, incluso para alpinistas y excursionistas
experimentados que visitan el lugar diariamente…. Reitero: Nada
raro… ¿Ovnis merodeando? Pues ya sabemos cómo es eso… Frenchi (
frente Chile) o Friendship ( Mossad)…”.
Bueno, aquí termina
la historia del “misterio” de la montaña de Monserrat,
esperando, por supuesto, que el próximo misterio que develemos sea
verdaderamente explosivo y no tan frustrante como éste…
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