LA VERDAD SIEMPRE ES
SIMPLE
por Horacio Velmont
Como todos saben,
llevo muchos años tratando de descifrar los misterios que nos
rodean, y en base a mi experiencia puedo aseverar que la solución es
siempre muy simple y por eso no se la ve o no se la imagina.
Muchas veces lo
hemos dicho: el misterio surge cuando no hay información y como la
tendencia de los seres humanos es llenar el vacío, nunca lo hacemos
conjeturando lo más simple o lo más obvio, sino que buscamos lo
complicado. Y allí fallamos.
Yo desafío a
cualquiera a que me demuestre que los misterios que hemos develado
eran realmente “misteriosos”. Como se podrá ver, todos,
absolutamente todos, eran muy simples.
Y siempre es bueno
traer a colación los trucos de los ilusionistas, que cuando no se
sabe cómo los hacen el público siempre piensa en algo mágico, en
poderes sobrenaturales
Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe
Resumen de [La Carta
Robada] Edgar Allan Poe
Esa tendencia que
tenemos todos los seres humanos de no ver lo obvio fue puesta de
relieve por ese genio del suspenso que fue Edgar Allan Poe. Me
refiero al capítulo titulado “La carta robada”.
La Carta Robada, es
un cuento de género policial, su historia transcurre en París en
los años 1800.
Un prefecto de la
policía recurre al detective Dupin y a su amigo, el narrador, con el
objetivo de resolver el caso de una carta robada en las cámaras
reales, la cual el ladrón usa para obtener poder sobre él con fines
políticos.
El sospechoso, es el
Ministro D, el cual fue visto por la víctima robando la carta.
El prefecto procede
a realizar una serie de allanamientos en la mansión del ministro D,
inspeccionado con microscopio cada rincón, mueble y objeto posible
de la casa donde la carta podría haber sido escondida, pero fueron
en vano.
Sin saber más que
hacer o donde buscar, el Prefecto vuelve por la ayuda de Dupin,
ofreciéndole una gran recompensa por resolver el caso. Dupin acepta,
para entregarle la carta que él ya había recuperado por sus propios
medios, utilizando procedimientos más simples que los del prefecto.
Dupin se puso en lugar del sospechoso, lo analizó, y dedujo que éste
no seria capaz de esconderla en lugares donde posiblemente la policía
podría revisar, sino en el sitio más simple y visible.
La carta, pues,
estaba en el lugar que a nadie se le podía imaginar que había sido
escondida: a la vista de todos.
Veamos ahora el
misterio del faro de Eilean Mor.
Al oeste de Escocia
se encuentra un conjunto de islas conocidas como Flannans, la mayor
de ellas, la isla Eilaean Mor, se encuentra en un trecho muy
traicionero para los que navegan el mar del norte, en especial cuando
las tormentas agitaban el mar y la niebla dificultaba la visión.
Para ayudar a los marineros, en ella se instaló un faro en el año
1899. Hoy día ese faro sigue siendo el escenario de una misteriosa
desaparición.
En el año 1900 las
únicas personas en la isla eran los tres guardianes del faro. Un día
después de Navidad, un barco cargado de suministros para isla llegó
a la costa, y para sorpresa de la tripulación nadie salió a
recibirlos en el muelle.
Luego de haber
disparado una bengala y haber tocado la bocina del barco todavía no
había ninguna señal de vida en la isla, así que una persona fue
enviada a investigar.
Joseph Moore, a
quien se le encargó ir a revisar el faro, afirmó que al llegar la
puerta estaba sin llave. Una vez adentro notó que dos de los
chalecos salvavidas que normalmente estaban en la entrada habían
desaparecido. Al llegar a la cocina vio los restos de una comida y
una silla en el piso, incluso el reloj había dejado de funcionar y
ninguno de los guardianes del faro estaba por ahí.
Tras una
investigación se descubrió la bitácora del faro. El 12 de
diciembre uno de los guardianes, Thomas Marshall, escribió que la
isla fue golpeada por vientos muy fuertes, más fuertes de lo que él
había experimentado alguna vez en su vida y aunque el faro era lo
suficientemente fuerte para soportarlo, James Ducat, otro de los
guardianes, se encontraba muy callado mientras que el otro, William
McArthur había estado llorando del pánico.
Otros escritos
decían que la tormenta continuó por varios días y que los hombres
habían empezado a rezar por sus vidas. La última entrada a la
bitácora decía: “La tormenta terminó, el mar está calmado. Dios
está sobre nosotros”. Eso es lo último que se sabe de los
habitantes del faro.
Aunque el faro era
visible desde la isla cercana de Lewis, ninguna tormenta se reportó
en el área durante los días anotados en la bitácora y hasta ahora,
el misterio de lo que pasó con los guardianes permanece.
Antes de develar el
misterio debo confesar que a mí también me caben las generales de
la ley, por lo que antes de consultar el caso con los profesores del
Grupo Ruanel yo suponía que se había tratado de una abducción
extraterrestre… (esa manía que uno siempre tiene de eludir las
soluciones simples…).
Sobre el caso,
Daniel fue muy escueto: “Sobre este tema, creo que se le dio mucha
importancia, ahi esos tres se ahogaron, hubo tormenta, discutieron
entre ellos y estaban borrachos, el tercero murió queriendo salvar a
los otros dos, es simple…”.
Desde ya que algunos
investigadores supusieron en un primer momento que cayeron al mar a
causa de la tormenta, pero de inmediato desecharon la idea en razón
de que en el lugar había muchos salvavidas y sogas para agarrarse.
Pero no tuvieron en cuenta algo realmente simple: estaban borrachos.
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