viernes, 22 de enero de 2016

Sobre la virginidad de María

LA REALIDAD DETRÁS DEL MITO



Ve con María, José, ella ya fue inseminada con éxito…




Sin duda alguna la cuestión de la virginidad de María, la madre de Jesús, es una de las más controvertidas, sin advertir que la solución es sencilla, claro está que cuando se tiene la clave. Y por supuesto brindada por los profesores del Grupo Ruanel, en este caso por su director Daniel, que no cesa de asombrarnos con sus revelaciones.


Como muchas veces lo he dicho, estos aparentes misterios son algo similar a los trucos de los ilusionistas, que parecen hacedores de milagros hasta que se sabe cómo lo hacen. La famosa ilusión de la sierra de David Copperfield cae estrepitosamente cuando se sabe que las piernas las piernas son de un colaborador convenientemente disimulado.

En cuanto a la concepción de María, aquellos que sostienen que una mujer no puede tener hijos sin relaciones sexuales se olvidan de la inseminación artificial (técnica de reproducción asistida en la que se introduce el esperma en la vagina por medios mecánicos).



¿Por qué no se ha pensado o incluso expuesto como simple teoría este procedimiento? Bueno, porque se cree que en esa época no se conocía. Y aquí es donde fallan los investigadores porque se basan en los conocimientos que poseía la humanidad de la superficie, cuyo mayor descubrimiento -valga la ironía- era el transporte en carreta tirada por bueyes.


https://horaciovelmont.wordpress.com/2015/06/13/el-jardin-del-eden-existe-y-esta-ubicado/


Había, en realidad, otra humanidad muchísmo más avanzada pero en el interior del planeta, en la denominada Tierra Hueca, a la que Jesús muchas veces se refería cuando hablaba de que en su mundo el sol no se ponía y también cuando enseñaba que debíamos recuperar el Paraíso Perdido, es decir el famoso “Jardín del Edén”, que se encuentra en ese lugar y que es un lugar físico y no espiritual.


Según el Evangelio de Nerón, Jesús nació en una aldea cercana al Mar Muerto, siendo su padre un gran constructor llamado Iose, y su madre una Virgen Vestal que ofició en el Templo de Ur.

Es de suponer que en esa época tan ignorante resultaba más práctico decir que “Jesús fue concebido por obra y gracia del espíritu santo”, que hablar de “inseminación artificial. Y de paso, para darle más espectacularidad al nacimiento, añadir como si fuera un milagro que el dar a luz no le quitó a su madre la virgindad.


Durante mucho tiempo se pensó que los magos tenían algún poder especial para hacer sus trucos, tan increíbles que parecían ser. Ellos mismos lo sugerían al publico para hacerlos más intrigantes y espectaculares. Obviamente, nadie acudiría a verlos sabiendo lo obvios que son.

De la misma forma, los que manipulan a los pueblos para su beneficio personal, nunca les dicen la verdad, sino que o la ocultan o la tergiversan según les convenga.



Lo simple es que el interior de la Tierra está habitado por una civilización superior desde hace millones de años y como sus seres -Hombres Primordiales- son muy sabios se los ha catalogado de “dioses”, especialmente porque son inmortales.

Desde ya que se trata de una inmortalidad física en cuanto sus organismos no se deterioran, permaneciendo incólumes durante mucho tiempo. Esto no significa que permanezcan encarnados indefinidamente, ya que en un determinado momento “mueren” y ascienden naturalmente al reino siguiente, el Krístico.


Jesús era uno de estos Hombres Primordiales y decidió nacer en la superficie del planeta para liberar de la esclavitud a la humanidad creada por Jehová (otro Hombre Primordial, pero que fue presa del ego), lo cual logró mediante su muerte en un ritual que consistió en estar en la misma posición de la cruz pero invertido (nada de clavos ni dolores). De esta forma renunció a la vida como Hombre Primordial.

Para mayor claridad transcribo estos párrafos del Evangelio de Nerón que son muy ilustrativos.

Hace más de diez años que se fue de Roma nuestro más preclaro hombre Iesus el Esenio, habiendo dejado una enseñanza que los mortales podemos tomar para nuestra gloria, porque esa misma enseñanza le ha llevado a él a la inmortalidad, y más allá todavía. Iesus el Esenio es ahora Iesus el Kristo, porque ha subido al cielo que está por encima de la inmortalidad de los dioses.

Si los dioses tienen un Reino mayor que los mortales, el Kristo está en un Reino más Excelso aún.


Nació hace setenta y seis años en una aldea cercana al Mar Muerto, y fue su padre un gran constructor llamado Iose, y su madre una Virgen Vestal que ofició en el Templo de Ur.


Como los esenios tienen los mejores mensajeros del mundo, pues salen del cuerpo en espíritu, se enteraron de su nacimiento los Magos, Teurgos y Taumaturgos de todo el Imperio, así como los caldeos, los Trimegistos de Grecia y los sacerdotes de Egipto.

Le esperaban desde hacía tiempo, pues los dioses les anunciaron que uno de ellos nacería como mortal, en vista de que muchos habían perdido el Camino de la Luz, y que las mezclas de razas habían hecho muchos hombres defectuosos, que somos nosotros mismos, imposibilitados de ganar la inmortalidad.

Así que un dios resignó su inmortalidad para luchar contra el dios de los arpíos, que es el causante de que seamos mortales.


Ninguno de los magos pudo decir cuál era el nombre del dios, así que le pusieron el nombre más común en la región a fin de que los secuaces de Herodes no le pudieran identificar.


Herodes fue advertido de que un dios enemigo de Ieová nacería, porque los magos traidores al juramento de la Escuela Greca, son los que siempre adoraron a Ieová en secreto. Este malvado Rey hebreo que tanto trabajo ha dado a Roma, mandó a matar a miles de criaturas, calculando la edad del dios, entre recién nacido y cinco años.


Pero como pensó que podría nacer entre los de su propio pueblo, no se limitó a aumentar la persecución que llevaba contra los esenios, sino que mandó a asesinar a todos los niños hebreos también.


Mas como los esenios salen en espíritu tanto de día como de noche, se enteraron de la intención del malvado. Y no sabiendo qué hacer, Iose fue en espíritu a implorar ayuda a los dioses. Pero éstos le reprendieron por su miedo diciéndole que no le abandonarían, porque al que debían proteger era uno de ellos mismos.



Así que Iose llevó a su mujer y a su hijo a la aldea de Luvia, que en esos días era un campamento de la Legión de Marcio Livio. Allí estuvieron a salvo, mientras que nuestros soldados lidiaban con los soldados hebreos, tratando de poner orden entre los aterrorizados hebreos, que aun perseguidos por su Rey le llevan noticias de todo, y ninguno confiaba en ninguno.

A tal punto son de crueles entre ellos, que si no estuviese Roma para contenerlos, ya se habrían matado a sí mismos o habrían masacrado a todos los demás pueblos.

Pero el Maestro fue llevado a salvo hacia la Hélade, donde los grecos le recibieron sabiendo que era un dios. Allí fue instruido hasta que tuvo ocho años, y a esa edad era él quien comenzaba a enseñar a los Maestros de la Escuela Hermética.

Y como éstos vieran que era un verdadero dios, le dedicaron más cuidado aún, porque entendieron que era una responsabilidad muy grande la que tenían entre manos. Así que cuando cumplió doce años, ya había aprendido todo lo que podía de los grecos, y les había enseñado muchas cosas del alma y del espíritu.

Así que inspirado por los dioses que a menudo le visitaban en sus barcos de nubes, pidió a sus padres que le acompañaran en un viaje hacia las montañas más altas, allá en el confín del Naciente.

Entre aquellas montañas que muchos romanos conocen, están los hombres más sabios del mundo, y allí le cuidaron e instruyeron, porque ellos conservan los secretos de los dioses, y saben más que los dioses de cómo vencer a la vejez y hacerse inmortal.

Ellos mismos eran mortales que dejaron de serlo, por eso tienen más experiencia que los dioses. Así que con ellos el Maestro-dios completó su instrucción, y nada pudo enseñar a esos hombres que viven tantos siglos con la única y gran misión de conservar el conocimiento de la inmortalidad.

Aquellos sacerdotes son de otra raza, de modo que solo pudieron enseñar al Gran Esenio el arte del coito mágico, tal como él lo ha enseñado entre nosotros, pues tal práctica es aconsejable para todos los varones y mujeres del mundo, sin importar la raza, igual que la Expurgación de los demonios del alma.


Pero la otra ciencia, que es la de la Gimnasia con Verbo, no es igual para todas las razas. Así que teniendo ya veinte años, debió viajar con sus padres hasta Egipto, donde los sacerdotes del Templo de Luxor le enseñaron la Magia de las Runas, que es la raíz de todas las magias para nuestra raza.


En Egipto vivió hasta los treinta años, y como fuera grande su conocimiento, enseñó a miles de varones y mujeres de aquel pueblo el arte de la inmortalidad. Así que en éxodo voluntario se fueron cincuenta mil egipcios hacia el Naciente, porque la ciudad de Cachemira, que es la más antigua del mundo según se conoce hasta ahora, es el lugar perfecto para convertirse en Luz y subir al Reino de los Kristos.

Pero solo van aquellos que han hecho la Teúrgia muchos años y han purificado totalmente su alma. A los que no son aceptados en los Templos de la Ascensión, se les invita a permanecer en el Valle del Silencio, donde no existen palabras, pues allí todos se dedican a terminar de purgar sus demonios. Si alguno habla se le lleva fuera, para que no moleste y no puede volver hasta pasado un año entero.

Miles de hombres se han hecho inmortales en aquel lugar, y quieran los dioses que algún día, cuando toda Roma esté libre de enemigos, toda esta humanidad mortal pueda ir hacia el Reino de la Perfección, porque tal es el ejemplo de Iesus el Kristos, que en vez de Ascender en su mundo, vino a ser mortal para que le sigamos fuera de éste, hacia la Gloria Mayor donde los dioses van cuando se cansan de vivir.

Si no vamos normalmente a esa Gloria, es porque siendo mortales se interrumpe la Vida Eterna del cuerpo, aunque es inmortal nuestra alma, salvo que muchas veces pequemos y nos sea arrebatada por el demonio la Vida Eterna también.


Iesus quiso golpear duramente al dios Ieová, yendo a predicar entre su propio pueblo esclavo, porque éste es el que pasa más miserias y sufrimientos que ninguno, debido a su ciego fanatismo y servidumbre al más malévolo de los dioses.


Así que fue al Templo de Salomón, donde los hebreos adoran a Ieová, y tomando las tablas y escritos que ellos tienen desde que existen como pueblo, les hizo ver con gran sabiduría que los mandamientos que tienen no son dignos de un dios, sino de un demonio.


Porque ninguna sabiduría hay en su historia, ya que ningún dios realmente sabio puede mandar a un pueblo a sacrificar a niños y mujeres, tal como Ieová hizo muchas veces.

Les dijo que si Ieová fuese realmente un dios, les colmaría de bendiciones, más les ha colmado de desgracias, convirtiéndolos en enemigos de todos los pueblos, haciéndoles creer que solo ellos tienen derecho a existir, cuando hasta su idioma es producto de un dios sin alma, pues no tienen idea del pasado ni del porvenir cuando hablan.

Su dios les ha dado esa lengua incompleta para que el espíritu no pueda expandirse en el tiempo, pues no piensan en el futuro individual, sino como un ejército de muñecos que sirven a un solo individuo: ese que dice ser un dios.

Como estuvieran algunas tribus de esenios en el norte de la Judea, Iesus permanecía con ellos enseñándoles todo lo aprendido como dios y como mortal, para que ninguno de ellos tuviera hijos de la carne, sino que se engendren a sí mismos en la inmortalidad del cuerpo, porque sin ello no se puede ir al Reino de los Kristos.

Los transcriptos son solo algunos párrafos del Evangelio de Nerón. Para quienes deseen leerlo en su integridad les indico el link respectivo:

https://horaciovelmont.wordpress.com/2015/05/02/el-evangelio-de-neron/

COMENTARIO ADICIONAL DE DANIEL

Es importante destacar que tanto José como María eran gente iniciada que estaban al tanto de todo lo que sucedía, especialmente sobre el elevado espíritu que encarnaría y cuya crianza les había sido encomendada. Además, no eran pobres sino personas muy acomodadas, siendo por lo tanto falsa la historia del nacimiento de Jesús en un pesebre

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